No obstante la evidente banalidad del asunto; esta noche tuvo dos repercusiones que la hacen ser recordada: en primer lugar, esa noche comencé a hablar del estado de las cosas, del ser humano en sociedad, basándome en teorías como la distropía (defendida por autores como Orwell o Huxley) y que ha inspirado mi cuarto artículo (saldrá publicado en febrero) para la revista universitaria italiana Schegge. La segunda razón por la que publico este post es el haber encontrado un trozo de papel con reflexiones que escribí al llegar a casa de madrugada y que leídas mucho tiempo después me han parecido interesantes (ya que yo no las recordaba, razón por la que creo que las escribí. Un poco de lucidez dentro de la borrachera de aquel día)
El texto comienza así: "Egoísmo. Podemos embellecerlo o maldecirlo; al final, sólo queda el propio concepto, lo que designa. Muchos lo llaman independencia, yo prefiero llamar a las cosas por su nombre. Es egoísmo, nos define, individualmente y como especie. No es de extrañar que tras pensar durante un tiempo, uno llegue a la conclusión de que ese egoísmo que en tantos ejemplos cotidianos vemos reflejado no sea más que un vestigio animal en la lucha por la supervivencia. Del individuo y de los miembros afines al mismo, llámese comunidad, familia o manada."
"No hay nada más estable que la segura inestabilidad de la vida, que es la muerte, el hecho inexorable de que acabará. Da estabilidad porque es justicia, ataca a todos por igual, el único requisito para morir es haber vivido. La vida es fugaz y escapa a cada segundo, por ello todo afán de perpetuidad por parte de los mortales parece justificada, ser inmortal, escapar a esa igualdad. Queremos destacar sobre nuestros iguales, sobrevivir a la selección natural; pero cuando la vida no depende de la propia naturaleza o de posibles ataques de un predador; la ambición del hombre le lleva a inventarse algo para propiciar una selección innatural. Por ello, hemos inventado el dinero."
"El dinero como equilibrio y como ruptura de la entropía al mismo tiempo. En el fondo, da razones a una especie para perpetuarse, para creerse superior, los que sobreviven a esta selección innatural sentirán orgullo (otro derivado de la combinación de dos cualidades ya mencionadas: egoísmo y ambición) de haber vencido. No escaparon a un predador, se adaptaron mejor al sistema, a este sistema donde la muerte nos iguala y el dinero rompe la balanza"
"A pesar de poseer una mente racional y ser un animal social, el ser humano no puede aceptar la igualdad, no en términos generales o desde un punto de vista holístico. Esto se deba a la cuarta y última cualidad que nos define y por la que el sistema capitalista se sigue aceptando: miedo. Si confiamos todo a la igualdad que nos viene dada simplemente por el hecho de estar vivos, sin aditivos, correremos el riesgo de que alguien que se crea por encima nos querrá aplastar."