viernes

Nerea

Nadie, absolutamente nadie, sin ninguna clase de excepción ha podido elegir donde nació; ni dónde ni cuándo. La vida es un conglomerado de circunstancias cuyas interconexiones se activan y desactivan siguiendo criterios que escapan a nuestra razón. Y aun así, no obstante la patente arbitrariedad, existen grandes posibilidades de ser feliz en la vida. Tampoco eliges quien te pare, y su descubrimiento puede ser la primera gran alegría que forme parte de tu vida. Una madre, una buena madre siempre está ahí. Ella no es sin ti como tú nunca fuiste ni serías sin ella; porque formáis parte de un mismo alma. Sus sonrisas son tus progresos, sus enfados tu única forma de crecer, su apoyo tu razón de ser y tu vida, su vida. Luchadora y soñadora, realista y emprendedora, valiente y comprensiva. Así es mi madre: la sonrisa más bonita de Andalucía.

Es cierto, además, que no hay madre sin padre. La vida es también binomio (norte-sur, positivo-negativo...) Un padre enseña más por lo que calla que por lo que dice, si sus palabras son sabias y claras, aún más elocuentes son sus actos. Sus consejos son tu camino y sus ánimos tu único combustible para poder recorrerlo. Es un rol difícil, "competir" con la conexión natural entre una madre y un hijo no es fácil; es por eso que es tan valioso cuando lo consigue. No sé cuáles son las cualidades que hacen a uno un buen padre, me basta y sobra con ser la mitad de bueno que el mío. Donde la enseñanza de una vida sencilla toca el corazón, desde la naturalidad de lo simple hasta la complejidad, no menos natural, de superar lo adverso. Sin barreras, sin problemas, sin penas, sin lamentaciones; con tanto apoyo, tanto amor, mayor admiración. Tus pasos son de gigante; tu fuerza de voluntad, aplastante, valentía y valores claros , humor a raudales y seriedad cuando es precisado. Mi padre. No sólo le quiero, sino que es mi máximo modelo.

Realmente, la personalidad propia no se forma sin la confrontación ajena. Y yo no estaba solo. Existía un ángel de cinco años que me vio nacer, crecer, reír, correr, caer; sin dejar de enseñarme a jugar, leer, escribir, cantar, imaginar, al fin y al cabo: vivir. Si ya es una suerte tener unos buenos padres, sólo la mayor de las fortunas te hace caer del cielo una hermana así. Sonrisas compartidas y complicidad infinita. Distancias temporales y espaciales que se desvanecen en un instante bajo el calor de un abrazo. Canciones compartidas en momentos bajos y momentos grandiosos con su apoyo incondicional. Tres cuartos de mi feliz infancia los debo a ella. Profesional y sensible, incansable y perseverante; sincera y dulce, alegre e inteligente. Grande, y no sólo por edad. Es mi orgullo más sincero, la persona de la que más presumo, una estrella que brilla incansable y cuya luz es contagiosa. Esa es mi hermana.

Ella. ¿Qué decir de ella? Sabes que el amor llega a tu vida cuando lo hace de puntillas, sin avisar. Ni tan siquiera resuenan en tu cabeza los acelerados latidos de tu corazón en cada cruce de miradas. Es imposible darse cuenta hasta el momento en que echas la vista atrás sin que nadie te lo pida y te das cuenta de que tu vida anterior sin ella, eso no, no era vida. Que todo parece haber empezado con ella, que no sabes como has podido estar tanto tiempo sin conocerla, que cada beso es una invitación al siguiente y cada abrazo un segundo de eternidad que os envuelve y engalana. Que es un milagro que vuestros caminos se cruzaran y hubiera sido una maldición de no ocurrir así. En un periodo en que creías vivir un sueño, aun quedaba lo mejor por llegar. Abril será siempre mi mes preferido y el 2012 un año especial. Toda, repito, toda mi vida quiero todo solo contigo; eres lo mejor que me ha pasado y pasará. Somos lo que seremos sin saber lo que hemos sido. Mi niña fiorentina, el amor de mi vida, la sonrisa más bonita. Eres tú Claudia, mi preciosa flor de primavera.

Ahora vuelvo al presente, que como futuro se nos presenta. No existes como tal y por ti daría ya mi vida entera, te imagino y sueño tanto que me parece haberte ya tenido entre mis brazos. Mes a mes creces, junto a nuestro amor e ilusión. Espero y te deseo esa suerte, la mía, y que puedas agradecer por existir a todo el que te rodea algún día. Todavía no te he visto y ya sé que eres lo que más quiero en este mundo, no hay persona a la que quiera cuidar más, ni más vida que nuestra vida. Tampoco más camino que el nuestro; nosotros te acompañamos y tú, tú serás la gran protagonista. Octubre y noviembre de 2014 también serán meses para siempre especiales, como especial tú eres para mí, mi vida.

Nerea.