miércoles

Algo más sobre mí. Oda al vitalismo existencial

Miran, vuelven a mirar, intercambian miradas y sonríen. Reacción tan lógica que incluso escapa a mí una sonrisa. Imagino que si caminase con mi chica por cualquier calle de mi ciudad y viese a un tipo con pelos de loco, barba, sin manos a toda velocidad con una bici y cantando en extranjero, esa sería mi reacción. Y es que, yo soy ese típico tío que va con la bici, le viene una canción a la cabeza y la canta, sin más. Es todo un placer, para deleite de los viandantes italianos, cuando en su mayoría son españolas o inglesas. 

Forman parte de esos placeres que pudieran ser considerados absurdos, pero que no por ello son menos gozosos. Encuentro increíblemente placentero quedarme dormido mientras veo algo en la tele, independientemente de lo tarde que sea o lo temprano que deba levantarme, poner dos alarmas por la mañana para apagar la primera medio dormido y saber que la real es la segunda, pudiendo dormir un poco más, u observar los suaves y delicados movimientos de alguien habilidoso mientras aparca su coche. 

Irracionales, como una caricia en el pelo o la brisa de un susurro, pero de suavidad indescriptible. Son pequeños detalles que te hacen sentirte vivo. Ciertos momentos de silencio y contacto visual, antes de decir algo que te gustará, algo bonito o simplemente: el instante anterior a un beso. Poder desconectar de este mundo con sólo apretar un botón, la felicidad de no tener Smartphone y tener el derecho a ser "ilocalizable", esa sensación de frescor y bienestar después de una ducha caliente en invierno o tras haber hecho deporte durante 1 hora.

El rumor de la lluvia, mientras se está calentito y en buena compañía bajo una manta, reencontrar a alguien de tu pasado y ver que vuestro vínculo ha perdurado al paso del tiempo; la ilusión por volver a casa y sentir el calor familiar, que hace que merezca la pena luchar por tus sueños fuera de ella: por ellos y su apoyo incondicional. Ese microinfarto cuando ella te mira y ese relax cuando ella te abraza. Esa sensación de que nada puede dañarte, cuando tú eres el primero que se ríe hasta de tu sombra, de que los problemas mientras sólo sean materiales no son mas que eso, y de que la única condición para morir es estar vivo. Microinstantes de felicidad que son insustituibles, podría continuar mencionando hasta el infinito, pero no es ese el mensaje. Realmente, no queria transmitir ninguno en específico con esta entrada. Hedonismo en su estado mas puro. Paz.

martes

And the winner is...

Alfred Nobel, sueco de nacimiento, célebre en su momento por inventar la dinamita. Hoy en dia y desde hace ya mas de 100 años por los premios Nobel, que otorga excelencia y prestigio, y que se fundaron como ultima voluntad del susodicho Nobel. Sin duda, el galardón es un referente mundial; tanto por la gran cuantía del premio, como por encumbrar ilustres figuras de las ciencias como Marie Curie entre muchos otros. 

En esta edición, ha sido premiado el cientifico japonés que, junto con colaboradores europeos, ha descubierto como convertir células madres adultas en jóvenes, algo asombroso, de lo que ya hablé en otro post anterior. No obstante, daré una de cal y una de arena, como se suele decir. Porque existe un apartado, que no pasa desapercibido, y es el del Nobel de la Paz. 

Tras ilustres galardonados como La Cruz Roja en el periodo de la Segunda Guerra Mundial, y dejando de lado lo contradictorio de pagar con cantidades millonarias un supuesto pacifismo altruista, este año no ha dejado a nadie indiferente su galardonado: La Unión Europea. Para comenzar habría que preguntarse qué es la Unión Europea y diferenciarla de una vez de la Comunidad Económica Europea, que a veces se confunden. Si hablamos de unión politica, no existe, por lo que no se le puede considerar un ente en si mismo, para comenzar. Si se refiere a las misiones de paz de los cascos azules, solo hace falte navegar un poco por la web y ser curiosos para notar que en muchas ocasiones esas "misiones de paz" no son tal y que los cascos azules tantas veces, sirven de pretexto para invadir "pacificamente" territorios estratégicos. 

Es entonces, cuando uno se cabrea, algo humanamente lógico. Gobiernos que condenan a sus pueblos a la pobreza, que no respetan los principios democráticos y con fuerzas del orden que no respetan los derechos humanos de sus ciudadanos son premiados. Nobel de la Paz, ¿en serio? ¿Es una palmadita en la espalda para mejorar la imagen, un pequeño empujoncito? Ya resultaba bochornoso y aberrante el Nobel a Barack Obama del año pasado. Representante del país que en más guerras está presente, más ha provocado y que, por el legal pero ilegitimo, cumplimiento de la ley antiterrorista, se permite masacrar las libertades y derechos de millones de personas en el mundo. Un país que hace terrorismo de estado contra su pueblo en 2001, para invadir un país por el petróleo. Cierto país le siguió dos años después con parecida estrategia. Perteneciente a la Unión Europea, por cierto.

Para mas inri, ¡paren las rotativas!, un portavoz dice que donarán el premio a causas humanitarias, después de las criticas recibidas. Querrán las gracias, si encima de inmerecido, no se lo gastan en lujos y viajes u objetos superfluos y lo dedican a fines filantrópicos... Espero que sinceramente sea así y que también este tipo de premios recobren su rigor y seriedad que les ha hecho célebres, aunque es mucho pedir en un mundo como en el que vivimos. Como ya dijo en su día Quevedo, poderoso caballero es Don Dinero. 

lunes

¿Educación para la ciudadanía?

Era septiembre, como hace tiempo escuché decir a alguien: "el lunes de los meses". Necesitaba sentir que no se me escapaban los días sin más, que después del trabajo de 8 horas en oficina no me convertía en una masa inerte a la que la correlación de minutos y segundos arrastraba por la actividad cotidiana. Es, entonces, cuando lo decidí. Ocupar mas mi tiempo después del trabajo, busqué cursos online gratuitos, pero con reconocimiento; y comencé a cursar uno, de Responsabilidad Social Corporativa. 

Es un tema bastante "marketiniano" para unos, de director de comunicación (antiguo Relaciones Publicas) para muchos otros. Pero, sin duda, nos atañe a todos los actores sociales en general. En cada uno de los debates en foros del interesante curso, se discutía sobre buenas y malas actuaciones, y sobre el impacto de una empresa en la sociedad y como debe aportarle algo positivo por contraposición a dicho impacto. En RSC siempre se habla de un triple valor: económico, social y medioambiental. Todas estas discusiones finalizan en la misma lapidaria conclusión: es un problema de base, de educación. No podemos exigir un comportamiento responsable social, económico y medioambiental a las empresas y corporaciones, si nosotros no lo cumplimos de forma individual. 

Es así, no sé si por picaresca, pero la doctrina del "triunfo" con el menor esfuerzo económico por delante de toda moral social o ecológica, es un clásico de nuestra cultura,  el modelo "Mario Conde" o "Pocero". Solo necesitamos dar un paseo por nuestras playas para ver nuestra escasa responsabilidad medioambiental individual, o ver la insana competitividad de algunos centros de trabajo y estudio para apreciar que socialmente tampoco existe. Es entonces, cuando aun teniendo sentido exigirla a la empresa, en parte se tiene lo que se merece.

Los países nórdicos siempre se ponen como ejemplo de todo esto. No son perfectos, ni mucho menos, socialmente. Existe bastante xenofobia en sus sociedades. Sin embargo, su responsabilidad individual y empresarial es intachable. Visto desde la perspectiva mediterránea, parece que viven para trabajar y no al contrario, y el trabajo es el pilar central de sus vidas. Puede que sea el clima meteorológico, la educación social de base o un conglomerado de todo ello acompañado de muchos mas factores; lo que está claro es que nuestras empresas, administraciones publicas y en general, todos los actores sociales que componen la sociedad española, están muy lejos de tener un comportamiento social y medioambientalmente responsable. Eso sí, en marketing social y greenwashing podemos llegar a ser líderes, pura picaresca y maquillaje (como en las cuentas de nuestros "queridos" bancos y cajas). Confiemos en que esa educación de base mejore porque ahí reside la principal causa del problema, aunque visto lo que esta sucediendo con el actual gobierno en esta materia, podría resultar algo utópico...

miércoles

La atracción hacia lo deshonesto como naturaleza humana

"Si es que los buenos no vamos a ningún lado", me decía, no sin cierta resignación, un conocido mío hace un tiempo. Y es que "de bueno te toman por tonto y ni siquiera te tienen en cuenta". Son expresiones escuchadas y repetidas hasta la saciedad, hasta el punto de resultar obvias. Pero quizás (y solo quizás), la base de este fenómeno, merezca una mayor profundización sociológica para ver en qué radica, o al menos, que se hable de ello.

Friendzone: término actual usado para definir lo que en España se suele llamar popularmente como Pagafantas. Que se hace eco a como, sobre todo, las mujeres tienen alguien que le quiere y es buena persona y lo convierte en su amigo, mientras se va con los peores y encima se queja de que no existen hombres buenos. Es algo totalmente coloquial y banal, soy consciente; no obstante, puede tener su conexión con lo expuesto en el anterior párrafo. Porque nos gusta y atrae lo malo, no solo por prohibido o según que conductas morales y/o religiosas, sino en su sentido mas amplio. 

Los profesores y docentes, siempre recordarán más y con un cariño especial, al gamberro que les daba que hacer, que al "niño bueno". Es, este el sentido en que nos atrae. El ser humano muestra gran simpatía por los actores principales de historias de superación o de evolución personal, quizás por basar nuestra educación en las historias con moraleja (o no). Los padres suelen tener también más estima al niño gamberro que al responsable, como una muestra mas de lo que digo. En definitiva, parece que el ser humano valora mas a la persona que es mala o incorrecta, se equivoca aún siendo consciente de ello, pero luego sabe restaurarse; que a la que ya lo hacía bien desde un principio.

Es muy curioso, pero es así. También aplicable a las empresas. Una denuncia de un activista hace unos años hacia la multinacional Nike, dejó en evidencia a la misma, ya que empleaba a menores de edad en el cosido de sus balones; haciéndoles trabajar en condiciones infrahumanas. Todos los analistas hablaban del hundimiento de la marca, sin embargo (y tras un acuerdo económico prejudicial con el demandante que hizo que no se celebrara jamás dicho juicio), ello hizo que comenzara a donar dinero a causas sociales y en general, a invertir en políticas de Responsabilidad Social Corporativa para la mejora su reputación e imagen percibida por sus stakeholders. Esto no sucedió sólo respecto a su propia imagen antes de la denuncia, sino que le hizo subir por encima de todos sus competidores; la mayoría de los cuales jamás ha llevado a cabo estas practicas contra los derechos humanos, ni mucho menos contra los de los menores como Nike. 

No parece justo visto así, pero es como sucede. No es solo cuestión de madurez, el ser humano tiene en su genoma cierta apreciación por lo incorrecto, algo así como personas por domar y por valorar su evolución hacia lo correcto desde una vida tormentosa...Razón por la que, cuando este conocido mío me afirmaba, como respuesta a una situación personal, la frase con la que he comenzado la entrada, no pude hacer mas, que guardar silencio.

jueves

La bombilla centelleante o la importancia de los "silencios" creativos

Apenas hace un año que firmé mi primer contrato por una agencia, pero pienso que en un trabajo donde el "músculo" principal y motriz es el cerebro, la mente, la creatividad y ciertos aliños de inteligencia; no es necesario insistir demasiado en que el control sobre los tiempos es un anticipado seguro de éxito, al menos en cuanto a su realización. Porque es así, la inspiración es cierto que no es algo tan mágico como se pinta o al menos no lo es en el 99% de los casos, sino resultado de una búsqueda de información y documentación activas. Lo que sí suele ser peculiar, es lo que el mismo James Webb Young definía como el momento de iluminación, que suele surgir en ambientes ajenos a esta búsqueda.

Porque somos humanos y no máquinas, existe un límite de procesamiento de información. La caza de un concepto que asemeje, interprete o designe de alguna manera simbólica mediante códigos gráficos y retóricos, a la par que persuasivos; es un ejercicio de fatiga mental. Gratificante en el momento del primer alumbramiento (aunque si no lleva a nada coherente vuelve a frustar); pero sin duda fatigante. En todo proceso de creación, existe un momento de agotamiento, en el que se necesita un descanso. Dedicarse a otra cosa, lo que sea, intentar dejarlo, relajar la mente.

Como en todo entrenamiento físico, tan importante es el trabajo como los descansos. Al igual que un discurso, los silencios pueden significar mas que las palabras citadas en el mismo. Esto se sabe, forma parte del proceso creativo. No obstante, en alguna parte del camino nos hemos equivocado. El ámbito empresarial, tras la revolución industrial y obsesionada con las cifras de productividad a la hora, impone horarios y obligaciones mecanizados y en ocasiones dañinos a la creatividad.

No digo que todas las sedes deban ser como aquella famosa de Google, pero si que tengan mayor flexibilidad para los creativos. Existen tiempos y plazos, que obviamente deben ser cumplidos con un trabajo digno. Bien, mientras éste sea realizado, el deber estará cumplido. El problema deriva y forma parte un poco, de la pantomima de nuestra cultura laboral "presentista"; queda mal irse antes que un jefe superior en la jerarquía corporativa, si el sigue en la oficina tu sigues en tu puesto haciendo trabajos aunque sea como un autómata, pantomima porque precisamente tiene poco de eficiente. 

Cuando tu mayor activo es la producción de ideas, y por tanto, tu empresa se basa en personas; se debe a tener en cuenta todo esto. Porque el ambiente y la flexibilidad (acompañada de responsabilidad de cada uno) son la única manera de llegar a la excelencia (junto con otras cualidades) y a algo que obsesiona tanto a los empresarios y que es inherente a las culturas nórdicas: el corporativismo, la concepción del trabajo y la empresa como algo propio, crucial y querido en nuestras vidas, y no como un enemigo al que no hay mas remedio que aliarse para poder vivir. Pero, tal y como he comenzado, esto solo son reflexiones de un neonato en este mundo laboral, de la última rueda del carro, como se dice en Italia. Aunque ello no me quite el que tenga razón, ni me la dé; no, necesariamente.