martes

Mi primera reflexión sobre Podemos. Una pausa dentro de la pausa.

Me tomé un descanso de la realidad, abstrayéndome en la felicidad del momento presente. Hace meses que sólo escribo sobre ella, sobre ellas; al fin y al cabo, sobre nosotros. Pero hoy he sentido la pulsión de la actualidad, la necesidad de articular una posición, de argumentar una opinión, de desarrollar un pensamiento lógico. Una pausa dentro de la pausa.

Así pues, tras meses (incluso diría años) hablando exclusivamente de economía (crisis, EREs, corrupción, recortes, rescates, desahucios...) parece ser que hemos topado con la política, en dos tiempos: primero con la manifestación de la desafección ciudadana frente al bipartidismo y en segundo lugar con el ascenso en la opinión publica de la valoración de la formación política de Podemos.

No es ninguna novedad su irrupción abrupta en la realidad política del país, tanto que da la sensación que vaya a saltar por los aires en algún momento; no voy a entrar a comentar sondeos y estudios sobre intención de voto varios, que no son más que eso: confabulaciones, vacilantes predicciones de futuros hipotéticos. Me voy a basar en Podemos en sí, lo que proponen y por qué les atacan.

De entrada, como firme defensor del respeto de los derechos humanos y del partido que mejor los represente, Podemos casa más con el concepto de democracia y respeto al ciudadano que cualquier partido existente (y con posibilidades de llegar al gobierno), me refiero a derechos como la vivienda digna, la educacion y sanidad mínimas (que como he dicho más de una vez, no tienen porque ser rentables económicamente, lo son socialmente), el abastecimiento eléctrico o las ayudas a la dependencia, por citar algunas áreas.

No obstante, creo que lo que propone Podemos sólo es posible si cambiamos nuestro comportamiento hacia la política, y me explico. Somos un país que protesta y se manifiesta cuando tocan su bolsillo o los intereses de su familia; en ese momento clamamos por una solución. Clamamos, pero ¿a quién?. Exigimos cambios a otros, queremos una solución que, independientemente de que la sepamos o no, debe adoptar otro bajo el nuestro consentimiento. Tras la cual, volveremos a nuestra zona de confort y pasividad activista. Lo que propone Podemos choca frontalmente con ésto y es el primer obstáculo que deberán saltar, incluso con sus propios votantes.

Podemos propone participación, lo más directa posible. Por tanto, una política activa; algo a lo que no estamos acostumbrados. Lo observé con mis propios ojos durante el 15M. Muchos eran los manifestantes en cada convocatoria, pero realmente pocos participaban en todas las asambleas o hacían oír su voz en alguna. Esto me dejaba la amarga sensación de que algo nos faltaba, de que aquellos foros siempre reunían a los mismos, de que sólo una minoría opinaba, de que, en el fondo queremos cambios pero no llevarlos a cabo, al menos no personalmente.

Un segundo peligro para la formación, a menudo personalizada erróneamente en la figura de Pablo Iglesias, es magnificar demasiado la participacion ciudadana a través de internet o identificarlo directamente con la democracia, algo que no es cierto. El acceso a internet no está en las manos de toda la población por razones obvias y como todo instrumento no es un fin en sí mismo sino un medio, por lo cual depende de como venga usado.
Siempre según mi opinión, se debería evitar al máximo cualquier parecido con la formación de Grillo y su Movimiento 5 Stelle. Podemos se debe plantear qué hacer en caso de no obtener mayoría absoluta en unas hipotéticas elecciones, si se pactaría o no, con quién, a qué precio... De no ser así, se corre el riesgo del inmovilismo politico que ya protagonizó Italia hace dos años debido a la negativa a pactar con otros partidos del movimiento del cómico italiano (entre otras razones que forman parte del sistema italiano por antonomasia).

Por fortuna, la posición del movimiento español parece alejarse de los planteamientos cínicos y antieuropeístas de Grillo. Mientras los segundos sólo prometían literalmente mandar toda la casta a casa, Podemos no pretende romper con todo y ofrece soluciones, cuya factibilidad depende de nuestro grado como ciudadanos en el proceso de cambio de nuestra percepción de participación ciudadana. 

Respecto a las críticas de algunos medios convencionales, obseletamente anquilosadas, no es cierto que no se sepa que quieren hacer, basta con leer su programa. Es más, creo que es el partido que más información sobre lo que quieren hacer declara. Háganse la misma pregunta sobre PP o PSOE, exijan esas respuestas. Sobre lo del modelo Venezuela o iberoamericano que importaría Iglesias y que provocaría el derrumbe de España: Me resulta absurdo. Más teniendo en cuenta que nuestra "democracia" actual se cimienta sobre una valla con cuchillas en África, venta de armas a Arabia Saudí, fosas comunes de crímenes no investigados o acuerdos comerciales con países africanos dictatoriales, cuando no gobernados por auténticos genocidas. Todo ello dejando de un lado la perpetuación de una monarquía hereditaria de lo más feudal o el desconocimiento sobre el sistema político boliviarano.

En conclusión, Podemos es una posibilidad, no desconocida, pero sí por descubrir en la práctica. Supone un cambio que, asumámoslo, no todos querrán hacer por lo que nunca podrá llegar a cumplir el ideal democrático; pero al menos se acerca un poco más a éste que los partidos actuales.

Personalmente, no puedo asegurar que Podemos sea la solución a nuestros problemas pero, al menos, no forman parte de la causa; algo que no pueden decir PP, PSOE, IU y compañía.

sábado

Anotaciones de un peculiar agosto

No, yo no escribo por escribir; al igual que no me gusta hablar por hablar. Puedo no tener nada que decir y sí mucho que contar. Que no me apetece describir, que no busco destacar. Que cada letra me libera y quien lea me da igual. Que no es falsa modestia, que se llama libertad.

Que no voy de bohemio, ni iluminado. Tampoco de persona súper creativa ni idealista esclavo. Que cada viaje en tren es una ventana por abrir y yo elijo y la abro. Que tengo mucho que escribir y tengo un cuaderno a mi lado.

Que no escribo por escribir ni necesito vivir atado, a la tinta sobre un papel que en cada inspiración machaco. Que escribo pensando en mí y en los que están a mi lado. Poco más que decir, mi mundo sigue en perpetuo cambio. Finales por decidir y borbotón de tinta en mis manos.

Que yo no escribo para vivir pero la vida brota en cada párrafo.

viernes

Nerea

Nadie, absolutamente nadie, sin ninguna clase de excepción ha podido elegir donde nació; ni dónde ni cuándo. La vida es un conglomerado de circunstancias cuyas interconexiones se activan y desactivan siguiendo criterios que escapan a nuestra razón. Y aun así, no obstante la patente arbitrariedad, existen grandes posibilidades de ser feliz en la vida. Tampoco eliges quien te pare, y su descubrimiento puede ser la primera gran alegría que forme parte de tu vida. Una madre, una buena madre siempre está ahí. Ella no es sin ti como tú nunca fuiste ni serías sin ella; porque formáis parte de un mismo alma. Sus sonrisas son tus progresos, sus enfados tu única forma de crecer, su apoyo tu razón de ser y tu vida, su vida. Luchadora y soñadora, realista y emprendedora, valiente y comprensiva. Así es mi madre: la sonrisa más bonita de Andalucía.

Es cierto, además, que no hay madre sin padre. La vida es también binomio (norte-sur, positivo-negativo...) Un padre enseña más por lo que calla que por lo que dice, si sus palabras son sabias y claras, aún más elocuentes son sus actos. Sus consejos son tu camino y sus ánimos tu único combustible para poder recorrerlo. Es un rol difícil, "competir" con la conexión natural entre una madre y un hijo no es fácil; es por eso que es tan valioso cuando lo consigue. No sé cuáles son las cualidades que hacen a uno un buen padre, me basta y sobra con ser la mitad de bueno que el mío. Donde la enseñanza de una vida sencilla toca el corazón, desde la naturalidad de lo simple hasta la complejidad, no menos natural, de superar lo adverso. Sin barreras, sin problemas, sin penas, sin lamentaciones; con tanto apoyo, tanto amor, mayor admiración. Tus pasos son de gigante; tu fuerza de voluntad, aplastante, valentía y valores claros , humor a raudales y seriedad cuando es precisado. Mi padre. No sólo le quiero, sino que es mi máximo modelo.

Realmente, la personalidad propia no se forma sin la confrontación ajena. Y yo no estaba solo. Existía un ángel de cinco años que me vio nacer, crecer, reír, correr, caer; sin dejar de enseñarme a jugar, leer, escribir, cantar, imaginar, al fin y al cabo: vivir. Si ya es una suerte tener unos buenos padres, sólo la mayor de las fortunas te hace caer del cielo una hermana así. Sonrisas compartidas y complicidad infinita. Distancias temporales y espaciales que se desvanecen en un instante bajo el calor de un abrazo. Canciones compartidas en momentos bajos y momentos grandiosos con su apoyo incondicional. Tres cuartos de mi feliz infancia los debo a ella. Profesional y sensible, incansable y perseverante; sincera y dulce, alegre e inteligente. Grande, y no sólo por edad. Es mi orgullo más sincero, la persona de la que más presumo, una estrella que brilla incansable y cuya luz es contagiosa. Esa es mi hermana.

Ella. ¿Qué decir de ella? Sabes que el amor llega a tu vida cuando lo hace de puntillas, sin avisar. Ni tan siquiera resuenan en tu cabeza los acelerados latidos de tu corazón en cada cruce de miradas. Es imposible darse cuenta hasta el momento en que echas la vista atrás sin que nadie te lo pida y te das cuenta de que tu vida anterior sin ella, eso no, no era vida. Que todo parece haber empezado con ella, que no sabes como has podido estar tanto tiempo sin conocerla, que cada beso es una invitación al siguiente y cada abrazo un segundo de eternidad que os envuelve y engalana. Que es un milagro que vuestros caminos se cruzaran y hubiera sido una maldición de no ocurrir así. En un periodo en que creías vivir un sueño, aun quedaba lo mejor por llegar. Abril será siempre mi mes preferido y el 2012 un año especial. Toda, repito, toda mi vida quiero todo solo contigo; eres lo mejor que me ha pasado y pasará. Somos lo que seremos sin saber lo que hemos sido. Mi niña fiorentina, el amor de mi vida, la sonrisa más bonita. Eres tú Claudia, mi preciosa flor de primavera.

Ahora vuelvo al presente, que como futuro se nos presenta. No existes como tal y por ti daría ya mi vida entera, te imagino y sueño tanto que me parece haberte ya tenido entre mis brazos. Mes a mes creces, junto a nuestro amor e ilusión. Espero y te deseo esa suerte, la mía, y que puedas agradecer por existir a todo el que te rodea algún día. Todavía no te he visto y ya sé que eres lo que más quiero en este mundo, no hay persona a la que quiera cuidar más, ni más vida que nuestra vida. Tampoco más camino que el nuestro; nosotros te acompañamos y tú, tú serás la gran protagonista. Octubre y noviembre de 2014 también serán meses para siempre especiales, como especial tú eres para mí, mi vida.

Nerea.

jueves

Pataleo mundial por Brasil 2014

Hoy empieza el Mundial de Brasil. "Por fin" dirán algunos; "a pesar de todo", el resto. Y es que al igual que serán necesarias acrobáticas evasivas de otro mundo para evitar zambullirse en conversaciones monotemáticas en lo que queda de mes; son harto conocidos los problemas (por llamarlo de algún modo sintético y a riesgo de ser eufemístico) con la organización de dicho evento.

Dinero público derrochado, represión de las protestas e incluso voces que hablan de brigadas especiales cuya misión es diezmar la población que "da mala imagen del país". ¿Les resulta familiar, aunque sea remotamente al concepto marca España y un reportaje fotográfico del New York Times? A Rajoy tampoco. Volviendo al país carioca y teniendo en cuenta su nivel generalizado de corrupción, arraigado en sus brazos político, ejecutivo, policial y judicial, no era difícil prever esta situación.

Está claro que todo lo anterior ya es suficiente para generar repulsión hacia tal evento, pero hay dos factores más que acentúan dicho sentimiento: el silencio cómplice del resto y la democracia falazmente definida. Silencio cómplice de todos y cada uno de los estamentos sociales de los países "democráticos" que son espectadores de este esperpento. Democracia, a su vez, definida de manera falaz. Presentando el mundial de fútbol como una inversión, como algo querido por todos, porque el fútbol forma parte del imaginario colectivo de los brasileños. Algo que, no obstante pueda ser una premisa válida, no es suficiente para concluir en un costoso evento del género. Y menos a todo coste.

La idea falaz de democracia nos propicia la noción del progreso continuo como constante, una utopía mucho mayor que la paz mundial, mantenida como promesa por economistas de todo el mundo. Un evento de esas características hará aumentar la inversión extranjera, revalorizará muchas zonas residenciales, colocará a Brasil como referente turístico y además, sobretodo si su selección gana (algo muy probable), mejorará el estado de humor de su población. Como os decía, utopía pura y dura, que no por generalizada cobra verosimilitud.

El ávido lector se preguntará solo una cosa ¿cómo puede ser sostenible esta situación? Pues efectivamente no lo es. Pero la censura (que se llame "marca España" o "marca Brasil" es lo mismo) "democrática" o moralmente aceptada por todos lo hará menos visible. En España nos sucedía algo parecido con las Olimpiadas de Madrid y sobre todo con otro mastodóntico proyecto que presuntamente nos debía dar un poco de ese progreso del que hablaba anteriormente. Obviamente hablo de Eurovegas.

Lo sé, un mundial es un mundial y el fútbol goza aún de esa burbuja protectora que permite aplaudir al Messi de turno, aunque haya defraudado millones a Hacienda. Pero la indignación está creciendo. Muchos hablan de boicot, de no ver el Mundial, apagar la tele para no ser entretenido con un espectáculo en cuya trastienda se entremezclan atrocidades que ni siquiera respetan la Declaración de Derechos Humanos de la ONU.

Siendo abogado del diablo, en este caso de la FIFA, debo decir que esta última es una empresa privada, y como tal mira por su beneficio económico como único y último fin. Que elija Brasil y gane tanto dinero en un país en vías de desarrollo es una elección que difícilmente puede ser calificada ilegal (la legitimidad del asunto dependerá de cada uno), el problema sucede cuando gobiernos de todo el mundo abrazan una empresa privada como la FIFA, usando cualquier recurso (lícito o no) para llamar su atención. Digamos que en la FIFA no son ni santos ni ingenuos, pero que son los poderes políticos de cada país los que deciden pasar por el aro.

Volviendo al tema del boicot, entiendo a aquel que no quiera ver los partidos televisados del Mundial por razones morales, aunque poco ayude a arreglar lo sucedido. Aunque, si de verdad se quiere boicotear dicho evento y hacerse notar, hay que usar el único idioma que los corruptos conocen y de cuya carestía adolecen en mayor grado: en términos económicos. Como toda persona que sepa algo de publicidad sabrá, el hecho de que tú y millones como tú, no vean un evento deportivo poca influencia tiene en términos de pérdida económica para la FIFA y sus patrocinadores. Los espacios publicitarios disponibles desde el primer partido hasta la final del campeonato ya han sido vendidos y pagados desde hace tiempo, independientemente del famoso share.

Buscar todos y cada uno de los patrocinadores y sponsor (algo muy fácil de encontrar por Internet) del evento y decidir no comprar ningún producto fabricado por los mismos sí supondría una protesta real y tangible para los mismos.

Sin embargo, es aquí donde la constancia nos suele fallar, de otra manera no seguirían existiendo trabajadores explotados en Bangladesh para marcas como H&M, Benetton o Primark (recuerde el lector el caso del Rana Plaza) o esclavizados en las fábricas de componentes Apple deslocalizadas por toda China.

miércoles

Italia puede servir de ejemplo para Podemos. Como ejemplo a no seguir.

Mantengo firme mi convicción del anterior post: la democracia, como tal, es (y está condenada a ser) un ideal inalcanzable. No es algo negativo, al menos nos sirve de guía, como horizonte, donde un paso más es siempre un paso menos. Las elecciones europeas pasaron y Podemos fue una de las grandes sorpresas, no así la desafección de la ciudadanía por los grandes partidos.

En toda Europa, desde Alemania, Grecia, Francia e Inglaterra, pasando por Dinamarca e Irlanda, se ha castigado a los grandes partidos y se ha protestado contra el bipartidismo. La cosa que hace a España especial respecto al resto (con la posible excepción de Irlanda) es que esos votos no han ido a partidos ultranacionalistas de tendencia fascista ni a partidos escépticos con la causa Europea. Y esto es algo positivo.

Las propuestas de Podemos parecen demasiado buenas para ser verdad, o al menos, para ser llevadas a la práctica. Acusaciones y defensas aparte, todo nuevo movimiento tiene el peligro de ser erróneamente autodefinido y/o percibido por el resto. Veamos el ejemplo de Italia. Renzi ha hecho un milagro con su partido de centroizquierda: hundir a Berlusconi, pero lo ha hecho a base de populismos y políticas que recuerdan mucho a las adoptadas en su tiempo por il Cavaliere (como lo llaman aquí).

La segunda fuerza del país, aunque ya desinflada, es el Movimiento Cinquestelle (Cinco Estrellas) de Beppe Grillo. Y es aquí donde empiezan los peligros que aguardan a todo nuevo movimiento político. El partido de Grillo prometía de todo,  igualdad y echar a la vieja casta política; en la práctica se han demostrado un partido totalmente vertical: se debe cumplir lo que diga el líder sino se va fuera y demagógico, decir estar en contra de todo, cerrarse al diálogo para no ofrecer ninguna alternativa.

Sinceramente, espero que no suceda nada parecido al partido Podemos en torno a la figura de Pablo Iglesias. Lo que sí es de temer es que la popularidad de su partido haya bajado estrepitosamente en las próximas generales, fagocitado por un sistema que no quiere alternativas, y menos si afrentan al verdadero poder económico.

España es un país admirado fuera de sus fronteras (en concreto en Italia admiran nuestro período con Zapatero) porque ha sido la última dictadura occidental pero en muy pocos años, ha sabido modernizarse estructural y mentalmente de una manera excepcional. Se puede decir que hemos quemado muchas etapas. Pero Italia que nos lleva unos 20 años de democracia de ventaja y cuya manera de ver las cosas es parecida a la nuestra, nos puede servir como referente al momento que estamos pasando o a lo que pasará en poco tiempo.

Visión, la de Italia, crítica hacia la monarquía como algo anacrónico. Su monarquía abandonó el país en el momento en que los nazis empezaron a invadirlo, y con un referéndum se prohibió su regreso. En España deberíamos tener la oportunidad de votar por nuestra forma de gobierno, rebasar clichés obsoletos como "fachas contra rojos", o la absurda dicotomía monarquía dictatorial versus república comunista, os aseguro que en esta percepción "roja" de la república también somos únicos en Europa.

Hemos crecido demasiado rápido para darnos cuenta de las enseñanzas del camino, sólo nos preocupaba obtener frutos, cerrar heridas con celeridad y mirar hacia un futuro difuso, pero esperanzador. Ahora tenemos frente a nosotros el abismo de sufrir un efecto acordeón que comprima con fuerza todo lo que, con mayor esfuerzo si cabe, se ha avanzado. Podemos puede poner su granito de arena en todo esto, siempre y cuando no caiga en los errores tan patrios como los descritos o tan de moda como los que observo cada día en Italia con los populistas del Movimiento Cinco Estrellas.

domingo

Cuando la participación no es el problema, o no el más significativo. Sobre las elecciones europeas 2014.

Del día de reflexión al día de la participación. Será el dato acuciante con el que abran cada informativo, el descenso de los votante dentro de la horquilla convocada, la desafección hacia la política, con ciudadanos con instintos parricidas para con la democracia. Pasando por alto el alto número de ciudadanos que se encuentran fuera de su sede electoral (y no sólo fuera de España, sino también de su ciudad) a los que mediante barreras burocráticas no se les permite votar, la participación no es el problema; sino el concepto que compartimos de democracia.

No me considero de ninguna opción política, sí filántropo con criterios, pero mi opinión hacia la democracia y su malograda salud, temas ya tratados desde el Times hasta The Economist pasando por círculos de opinión de todo el mundo donde la espiral del silencio ha dejado de imperar, es bastante radical,en su sentido más etimológico. No existe la democracia y probablemente, tal cosa nunca existió, forma parte de la utopía ideológica humana.

Desde su platónico paradigma en Grecia (que recuerdo era una sociedad esclavista y clasista) hasta nuestros días, la palabra democracia ha sido siempre una idea, un objetivo o un concepto, nunca una realidad. Es democracia cuando se permiten ciertas libertades, ciertos derechos y muy determinadas formas de participación ciudadano, dentro de un marco de lo políticamente correcto, en resumen, es democracia comparada con la tiranía, la oligarquía, la dictadura o el gobierno de guerrilla militar. Pero no es el gobierno del pueblo, nunca lo ha sido.

En plena crisis de valores, económicos y sociales, no nos coge de sorpresa que nuestro egoísmo más animal e instintivo saque a pasear sus feroces garras; corrupción y explotación son solo dos arañazos más dentro del entramado que forman los oscuros sótanos de nuestra esencia. No se puede mejorar la democracia cuando el ser humano está en plena denigración. La democracia está más enferma que nunca, el ideal de democracia, porque en la práctica no existe.

Veamos un particular más, la guerra ucraniana actual (y sí, es una guerra civil aunque no se quiera decir). Rusia impera con total impunidad, ese adalid democrático que son las Naciones Unidas impone sanciones muy duras para frenarlo (perdón por el exceso de sarcasmo). Sanciones que Rusia puede impugnar en todo momento, o como se dice en la jerga, vetar. Básicamente, no acatar el castigo internacional por invadir otro país, con la pueril justificación de no querer hacerlo. Y esto sucede en la era de la democracia.

Pero no hace falta ir a los extremos, ni demonizar aun más al ex KGB. Una cosa tan socialmente aceptada como el G8, me resulta la cosa más aberrante en cuanto a justicia social y democracia. ¿Qué sentido tiene que un conjunto de países decida las reglas del juego? ¿Qué tiene de democrático? No obstante a todos resulta natural dicha jerarquía.

Hoy son las elecciones al parlamento europeo. La fiesta de la democracia continental. Pero la población no elegirá al próximo presidente del Consejo, solo dará su opinión. Serán el conjunto de jefes de Estado quien decidan, sin estar obligados a acatar la decisión del pueblo, quien gobernará dicho organismo. Menos mal que vivimos en democracia...

miércoles

Mc King

Hay sitios de comida rápida que parecen microciudades. O mejor dicho, ciudades en potencia. Digamos protociudades. Hacía mucho que no pisaba uno. No porque lleve una dieta mucho más sana de la que proponen sino por la mera pereza de arrastrarme hambriento hacia allí. Hay sitio dentro y en terraza, pero también existe un espacio fuera de ésta, entre la terraza y la calle. Una especie de acera, de prototipo de acera; de artilugio de ciudad fantasma que todos ignoran, a no ser que tropiecen con ella por error.

Yo pedí mi menú, estaba en promoción, pero al no querer patatas no me sirvió de nada. Me dirigí con mi bandeja hacia fuera, uno de los empleados me seguía con un paño con la intención de limpiar una de las mesas de la terraza; posiblemente la mesa en que me sentaría a comer. Decidí aprovechar otro espacio, no por el hecho de ser original sino por darle sentido.

Comí sentado en la falsa acera de la protociudad del local de comida rápida. Nadie me dijo nada pero sentía sus miradas. Terminé mi último bocado de hamburguesa y añoré por unos instantes el haber pedido patatas, además habría disfrutado de la oferta. Un coche pasa, otro más; pero eso sucede fuera, aquí dentro se es inmune a todo y se tiene una justificación para ello.

Decidí aprovechar el tiempo de aquel almuerzo para escribir algo, "debo poner en orden todos mis proyectos", pensé. Pero la inspiración se acabó con el último sorbo de Coca Cola, era hora de volver al mundo real. Ciudades y aceras de verdad esperaban mis pasos, pero yo seguía absorto en el mismo pensamiento: "Debería haber pedido las patatas de la promoción".

viernes

Hojas en blanco y noches en vela (Una reflexión espontánea sobre la estabilidad)

Una hoja en blanco y otra patada a las manecillas del reloj. Una idea que brilla y quiere ser transformada, no mejorada, en ocasiones ninguneada y en otras magnificada. Otra equivocación. Un relato corto, que resulta ser algo más, que las circunstancias (humanas y no) fuerzan a postergar y otro error de bulto, que no de cálculo.

Errores comunes y propios, fallos que nos hacen crecer, dos palabras ensayo-error, nada más humano. Arrepentimiento y rectificación pertenecen a lo divino, pero válganos la prosopopeya. No, no, no. Esta vez era un texto fácil, sobre equívocos consensuados, aceptados socialmente, en la mente colectiva; pero no va a poder ser, demasiado poco entretenido para poder marcar la diferencia. Cuando los cambios que se avecinen sean reales, se buscará el punto blanco entre el alquitrán de responsabilidades para los placeres mundanos, en mi caso la escritura. No, no, no, no lo entiendo; empieza como eso, siempre, y acaba siendo obligación, con reglas morales, bueno no morales, más bien deontológicas; imprecisas e inexistentes pero certeras. Una antítesis que no puede vivir sino en la contradicción constante de una mente humana acostumbrada al naufragio y recolección de lo que resta.

Si una risa no siempre es positiva, y la carcajada puede ser irónica, afilada e incluso burlona; quién puede hablar de estabilidad, con qué derecho. Claro, es lenguaje, invento humano, todos tenemos el derecho y el deber de adoptarlo y hacerlo crecer en nuestras entrañas, no importa si viene prostituido. Es nuestro, vuestro y su derecho y deber, como humanos, con el lenguaje.

Traté de preguntar en conversaciones mentales, tan irreales como pedagógicas, quizás este símil no se entienda; ¿qué es estabilidad? El geólogo me dijo que la forma poligonal regular, lo poliédrico, aristas perfectas; nada más estable, ¿no ves como diamante, cuarzo y otros minerales nos lo enseñan? geometría y geología se tocan, no por casualidad. Sí, sí, sí. Me contestó el astrónomo, pero geometría no incluye solo la línea recta. Los arcos, las esferas, en definitiva, la línea curva también es geometría. Y es estabilidad en su estado más puro. ¿No ves los planetas y átomos? El número aureo en cada espiral logarítmica, se cumple en galaxias y no sólo. Es la estabilidad real, lo curvilíneo y no la rectitud. También en los ríos, no van por el camino recto que sería lo más "sencillo": serpentean, forman meandros y recorren hasta el triple de distancia respecto a desembocar en línea recta en el mar u otro río. Es lo curvo, que en un espacio tridimensional se desarrolla en lo esférico. Es sinónimo de estabilidad.

Estabilidad, es concepto, lenguaje. Pero no es unívoco. No es la recta ni la curva. No es lo ideal. Tampoco lo indeseable. Escapa a mis capacidades, documentarse más sirve de poco en estos casos. Yo pensaba en un texto fácil, de verdad, para este post. Uno sobre equivocaciones aceptadas. Un snack de opinión cotidiana, menos reflexivo, más directo. Sin más horizontes ni finalidad que el texto en sí. Pero hoy no ha podido ser, lo propio ganó a lo común. No común como vulgar sino como compartido. Perdonen el individualismo. Yo pretendía escribir algo fácilmente comprensible, pero di una nueva patada a las manecillas del reloj y la hoja sigue en blanco, siempre lo está.

lunes

Una de las dos Españas ha de helarte el corazón

Mis dudas acerca de escribir una opinión sobre un tema en el que ni mucho menos soy ducho, continúan a rondar por mi cabeza. No quisiera pecar de historicismo ni de oportunismo mediático, pero para alguien que, como he dicho, no es experto en el tema, la muerte de Adolfo Suárez resulta trágica por la brusca manera en que nos damos cuenta de lo poco que la política vale en la actualidad.

De Suárez se han dicho grandes cosas, exageradas o no por la euforia de salir de una dictadura represiva. Pero hay algo innegable: Suárez fue el artífice (voluntario o no) de una ilusión, casi un espejismo, la idea del fin de las dos Españas, la transitoria quimera de un pueblo que por fin había olvidado sus diferencias y perdonado recíprocamente sus pecados, con todo el respeto que dicho proceso requiere. Nada más lejos de la realidad, este atisbo de esperanza y convivencia feliz murió antes del propio Adolfo, antes, incluso, de que perdiera la memoria y la capacidad de interactuar con lo real.

Cuando muere alguien importante, sirve para recordar cosas que habíamos dejado a un lado; la democracia, como tal, nunca existió, o no completamente, democracia política y electoral hacen el efecto cortina perfecto para no percatarse de la falta de la misma en terreno social y económico. Y así seguimos, se perpetúan las dos Españas que se odian, que se echan culpas una a la otra incesantemente y se empeñan en buscar diferencias. Ni olvido ni perdón. Algo de lo que ya se percató uno de los grandes poetas que ha dado nuestra tierra y de cuyo nacimiento se cumplen 140 años en 2015. La Transición prometía llevarnos a algo nuevo, pero sin olvidar viejas rencillas, a nuevos modelos sociales pero con instituciones anquilosadas. Si Antonio Machado levantara la cabeza, vería que el fenómeno de las dos Españas no ha hecho más que acentuarse, a pesar de Adolfo Suárez.

jueves

Crítica razonada a la adulación de la era del Branding (sobre el caso específico de Lululemon Athletica)

Entiendo que sea útil e incluso cómodo el hecho de categorizar todo en periodos históricos cerrados, en eras distanciadas por éste o aquél hito. No pretendo enjuiciar la labor de los profesionales historiadores en cualquier campo; simplemente no comparto esa visión por simplista. Categorizar es cómodo pero poco acertado si lo confrontamos con el dinamismo y mestizaje cultural de lo real.

Entrando en el campo de la comunicación, la dinámica no cambia. Así pues, se habla de la época de la publicidad informativa, de aquella de la televisión con el auge del spot, la era de la información, la era de internet y/o la era del branding.

Ya denostados son aquellos presagios en los que expertos de la comunicación vaticinaban la muerte del spot televisivo desde hace 20 años. La sociedad es dinámica, la publicidad es su reflejo, y viceversa, en un ciclo recíproco donde causa y efecto no están bien delimitadas, en parte, porque no tiene la mayor importancia.

Efectivamente, el spot televisivo no ha muerto, ni ningún otro medio televisivo. Dentro de 20 años podremos encontrar los formatos que hoy conocemos más o menos debilitados y/o transformados, pero en esencia, habrán sobrevivido con el dinamismo que les caracteriza.

La marca, lo intangible, en el siglo XXI es y será el valor más importante de un producto o empresa de servicios, su piedra angular. Más aun que su capacidad manufacturera o sus capacidades técnicas o pragmáticas, la marca como dogma. Fidelizar clientes poniendo el acento sobre un supuesto matrimonio de clientes reales y potenciales con nuestro logo, imagotipo y cultura de marca. Las marcas convertidas en un estilo de vida: la era del branding.
Como comentaba en el primer párrafo nunca acepté dicha apreciación. Es cierto que abundan ejemplos de que todo lo anterior ha sido y sigue siendo cierto para muchas empresas, pero no es menos cierto que otros tantos, aquellos de los no líderes de mercado, nos demuestran día a día lo diametralmente opuesto.

Hace poco leí un artículo sobre el declive de una marca de ropa deportiva: Lululemon Athletica, fabricante de los conocidos como yoga pants y como su marca ha pasado de marcar un estilo de vida a sinónimo de productos de escasa calidad. Algo que el autor llamaba con cierta resonancia el fin de la era del branding manteniendo que, gracias a internet y las redes sociales, asistimos a la revalorización de los valores tangibles: la calidad del producto, su ciclo de vida...

En primer lugar, el caso de esta empresa debe su caída a varios factores: el primero la queja generalizada sobre el material de sus pantalones, calificado por muchas de sus usuarias como transparente.Por otro lado, la reacción del ahora expresidente de la empresa (hace poco presentó su dimisión) fue decir que sus prendas están ideadas para mujeres esbeltas y que estos problemas aparecen porque han llevado sus prendas usuarias con kilos de más. Obviamente esto no ha ayudado a la marca.

El segundo factor sería la viralidad en internet de las opiniones negativas del producto. Se habla de que internet está acabando con la fidelidad de las marcas, la mayoría de nosotros nos informamos por internet y nos fiamos del parecer de otros usuarios antes de realizar una compra a la que damos relevancia, por lo que ya no valoramos la marca tanto como la opinión de otros que la han usado antes. El comprador está más informado que nunca, sostenía el autor, y por tanto, el branding está expirando, salvo en pocos casos en marcas como Coca-cola o Apple.

Mi opinión personal es que el branding no está sentenciado a muerte pero tampoco en auge, por lo que no hablaría de su era ni del ocaso de la misma. Al igual que internet no nos hace más inteligentes o el disponer de más información significa que la usemos. Existen más medios para estar informados, pero también más medios donde ser bombardeados con publicidad cuya línea con la información o el entretenimiento cada vez se diluye más.

Han cambiado nuestros hábitos como consumidores pero también los hábitos de la publicidad. La proporción se mantiene. Dependerá siempre del tipo de comprador. Si yo soy fiel a un dentífrico porque me recuerda al que compraba mi madre y por tanto, a mi infancia, lo seguiré comprando indiferentemente de lo que opinen por internet otros usuarios o los valores que me propongan otras marcas, sean del índole que sean. La información está ahí, sí, pero hace falta buscarla. Sobre todo querer buscarla y eso varía de una persona a otra sin variables mercadotécnicas que valgan.

miércoles

Sinestesia circunstancial

Todo tiene un color. El color lo es todo, no es sólo visible a los ojos: se piensa, se siente, nos mueve y conmueve; nos inunda y connota. Su cotidianidad nos hace no verlo, pero todo tiene un color. Incluso hay quien prefiere vivir en los extremos, en blanco y negro.

Pero no sólo es el color, todo es relativo, también la intensidad, la luminosidad, la saturación...cuentan. Muchos prefieren enaltecer la intensidad, en todos sus puntos, olvidando el contraste, tan importante en el tiempo de infoxicación cromática que nos circunda.

No es sólo color, ni luz, ni sombra; es actitud, aptitud, percepción e interpretación. Es la vida. La vida es color.

lunes

La frontera de enfrente

No. No es cuestión de discutir si el término medidas disuasorias es más o menos acertado. No se trata de buscar la legalidad de las medidas o la seguridad de la nación como eternos paradigmas, cuasi inherentes a nuestra lógica más irracional, para apaciguar hasta la más perturbada de las consciencias. No es una respuesta a la colocación según aquí, ahí o allí. No hablemos de invasión ni de desequilibrio demográfico, de ladrones de trabajo o de parásitos sociales. Para buscar parásitos busquen en la cúspide y después vayan bajando, pero no al contrario.

No celebremos nuestra apertura mental, no todavía. No nos creamos civilizados o al menos no más que el resto de animales, al menos ellos obedecen su instinto. No engullamos los mensajes de intolerancia, no nos dejemos distraer y si ya estamos distraídos, no olvidemos lo obvio.

De nada sirve perderse en discursos del tipo ningún ser humano es ilegal mientras a nadie le parecen mal las barreras, fronteras, alambre espinado, muros...paredones, al fin y al cabo. Rechazamos la cruenta ocupación israelí o el maltrato constante en la frontera mexicana con los Estados Unidos. O los abusos de los derechos humanos en la frontera entre Corea del Norte y China. Lo del ojo ajeno no es paja, ni mucho menos, pero nuestra viga no es de menos tamaño, ni relevancia. Antes de comenzar a hablar o escribir, de versar el más mínimo comentario sobre estos temas, recuerde el lector nuestras vallas en Melilla, con cuchillas o sin ellas, recuerde la simple legitimación de esas vallas, la aceptación general y consensuada de su existencia, de esa prohibición manifiesta; como recordando a los más pobres que nunca dejarán de serlo y que nuestro esfuerzo en esa dirección parece no desfallecer. Y si, por un error del sistema, consiguieran escapar libremente (triste antítesis donde las haya) toda una sociedad cargada de prejuicios se encargará del resto.

martes

Solucionemos el mundo en seis párrafos

Pese a no recordarlo con exactitud, creo que no hará ni dos meses de aquella noche. Una noche más, en la que nos reunimos para cenar en casa de unos amigos españoles. Como siempre las risas acompañaron la cena y las bebidas, abundantes, continuaron siéndolo en la postcena. Así, con un estado de embriaguez dicharachero y dilatándonos sin reparos en el tiempo, empezamos a divagar, a expresar nuestras opiniones; ese momento de intoxicación etílica en el que decides arreglar el mundo.

No obstante la evidente banalidad del asunto; esta noche tuvo dos repercusiones que la hacen ser recordada: en primer lugar, esa noche comencé a hablar del estado de las cosas, del ser humano en sociedad, basándome en teorías como la distropía (defendida por autores como Orwell o Huxley) y que ha inspirado mi cuarto artículo (saldrá publicado en febrero) para la revista universitaria italiana Schegge. La segunda razón por la que publico este post es el haber encontrado un trozo de papel con reflexiones que escribí al llegar a casa de madrugada y que leídas mucho tiempo después me han parecido interesantes (ya que yo no las recordaba, razón por la que creo que las escribí. Un poco de lucidez dentro de la borrachera de aquel día)

El texto comienza así: "Egoísmo. Podemos embellecerlo o maldecirlo; al final, sólo queda el propio concepto, lo que designa. Muchos lo llaman independencia, yo prefiero llamar a las cosas por su nombre. Es egoísmo, nos define, individualmente y como especie. No es de extrañar que tras pensar durante un tiempo, uno llegue a la conclusión de que ese egoísmo que en tantos ejemplos cotidianos vemos reflejado no sea más que un vestigio animal en la lucha por la supervivencia. Del individuo y de los miembros afines al mismo, llámese comunidad, familia o manada."

"No hay nada más estable que la segura inestabilidad de la vida, que es la muerte, el hecho inexorable de que acabará. Da estabilidad porque es justicia, ataca a todos por igual, el único requisito para morir es haber vivido. La vida es fugaz y escapa a cada segundo, por ello todo afán de perpetuidad por parte de los mortales parece justificada, ser inmortal, escapar a esa igualdad. Queremos destacar sobre nuestros iguales, sobrevivir a la selección natural; pero cuando la vida no depende de la propia naturaleza o de posibles ataques de un predador; la ambición del hombre le lleva a inventarse algo para propiciar una selección innatural. Por ello, hemos inventado el dinero."

"El dinero como equilibrio y como ruptura de la entropía al mismo tiempo. En el fondo, da razones a una especie para perpetuarse, para creerse superior, los que sobreviven a esta selección innatural sentirán orgullo (otro derivado de la combinación de dos cualidades ya mencionadas: egoísmo y ambición) de haber vencido. No escaparon a un predador, se adaptaron mejor al sistema, a este sistema donde la muerte nos iguala y el dinero rompe la balanza"

"A pesar de poseer una mente racional y ser un animal social, el ser humano no puede aceptar la igualdad, no en términos generales o desde un punto de vista holístico. Esto se deba a la cuarta y última cualidad que nos define y por la que el sistema capitalista se sigue aceptando: miedo. Si confiamos todo a la igualdad que nos viene dada simplemente por el hecho de estar vivos, sin aditivos, correremos el riesgo de que alguien que se crea por encima nos querrá aplastar."

miércoles

Felicidades a la mujer que me dio la vida y me la sigue dando día tras día

Toda una vida dedicada a tus hijos, a cuidarlos y educarlos.
Estamos más que orgullosos de la madre que tenemos y por eso...

Quisiera agradecerte todo tu apoyo y tu alegría que en todo momento me has dado
Uno no elige a sus padres pero para mí sería...
Imposible encontrar una madre mejor:
Empezando por cuanto nos has enseñado y terminando por cuanto nos queda aún por aprender de ti.
Realmente, lo único que lamento es no poder decírtelo personalmente...
O poder abrazarte, pero te escribo con todas mis fuerzas y se que te llegará a pesar de la distancia:

FELIZ CUMPLEAÑOS MAMÁ

martes

Taedium vitae

El aburrimiento. Llamado de distintas formas, traducido en miles de actos inútiles, argumentado en mil debates de causa-efecto y reducido al absurdo. Hastío, tedio, apatía o sopor que nos lleva a la desgana, procrastinación, desesperación. Tantas veces son tantas, las tareas a realizar, que no realizamos ninguna; o deseamos haberlas acabado pero no pensamos en cómo empezarlas. Mandar para otro momento más adecuado, cuando sea más importante y/o su pertinencia sea el mayor. Sólo cuando mañana será hoy valoraremos la importancia de ayer.

Genera mil y uno sentimientos de culpa, autocríticas y no menos excusas o autocomplacencias. Somos condescendientes con nosotros mismos y volvemos a caer. El ocio como peor enemigo, entretenimientos que aburren y tiempos libres que no llevan a nada. También el proceso creativo tiene algo de aburrido, cuando crear es una obligación da un efecto similar al leer por orden de un profesor de escuela; no eres completamente libre a la hora de hacerlo y por tanto no lo disfrutas tanto. Por otro lado, no sabes si por tu cuenta y riesgo lo harías igual, algo que justifica esa falta de libertad.

Nada nos divierte en general. Sorprende como lo que peor sabemos manejar es de lo que más tenemos, de lo poco gratuito y de mayor valor que el ser humano posee. El tiempo. No perder el tiempo. Pasa a todos, debéis saber que grandes directivos y gente de muchos recursos invierten mucho en cursos donde enseñan a gestionarlo. De ahí mi uso del plural. Es una enfermedad social, como ya vaticinaba el mismo Asimov: "En 2014 (y desde antes) la especie humana sufrirá la terrible enfermedad del aburrimiento".

Es algo coyuntural, queremos tanto ocio que no podemos gestionarlo. Paradójicamente, el hecho de escribir este blog para mí es una manera de transformar esa presión de no hacer nada en algo útil, útil a mí en un primer momento y en potencia respecto a un posible lector que agradezca mis textos. Por ello, debo decir que en su justa medida el aburrimiento es sano, las mejores ideas vienen rara vez en momentos de actividad, al menos laboral; mejora el nivel de introspección y es una oportunidad única para salir de tu zona de confort y dar el salto hacia lo que quieres, una intimidad sin cabida a la deseabilidad social y su consecuente presión. Incluso existen repercusiones positivas en aburrirse, psicológicamente demostradas, pero como en todo (incluso en los placeres), los excesos hacen el efecto contrario. No olvidemos que un exceso de algo supone un defecto o carencía de lo justamente contrario. De ahí su negatividad.

"No hay nada más aburrido que un hombre que no se aburre" decía un conocido cantante de hip-hop en uno de sus temas, y en parte es cierto. Es imposible no aburrirse, es aburrido tener siempre algo que hacer y no poder hacer crecer las alas del soñar despierto, del planear onírico o añadir magia transformando acontecimientos en momentos en la realidad cotidiana. Cada uno debe buscar sus propias vías para paliarlo y aprovecharlo, pero no evitarlo. Para mí, esa vía significa llevar siempre conmigo algún tipo de papel y boli, para poder apuntar ideas, conceptos o simplemente dibujar. Buscad la vuestra y veréis como la debilidad del aburrimiento como concepto está sólo asociada a las consecuencias de cómo se reacciona ante el mismo. Probad sin miedo, al fin y al cabo, no habréis perdido el tiempo.

lunes

Posesiones obsesivas (con Gamoral como punto de partida para una reflexión más amplia)

Un aperitivo de actualidad, de aquella que escasea, una noticia de nota positiva: las obras en el burgalés barrio de Gamoral se paralizan, así como el ya archiconocido proyecto del bulevar. Todo gracias a la presión popular y sin ayuda de agentes externos que han intentado desestabilizar el movimiento ciudadano. Lejos de sacar a relucir que las razones para oponerse a dicha obra eran más que justas o buscar una cierta correlación con el despertar turco por el parque Gezi de Estambul, y a pesar de que mantengan semejanzas; voy a comentar como este acontecimiento me ha hecho reflexionar dentro de un paradigma algo más amplio en lo difícil que es catalogar a algo como de progreso o modernización y lo arduo de aunar diferentes puntos de vista en una época en la que el divario entre extremadamente ricos y mayoritariamente pobres es cada vez más hiriente, como la actual.

El caso de Burgos y las empresas asociadas al señor Méndez Pozo, suenan bastante extrapolables a todos y es que las grandes obras de todo el país aunque aparentemente son realizadas por diferentes empresas o a través de concursos garantes de una libre competencia que nunca es tal; los beneficios de dichas obras recaen casi siempre en pocas manos. Es una constante, una corrupción tan encubierta como legal, pero no legítima.

Desde la aparición de la noción de la propiedad privada, el ser humano ha tenido que elegir como organizarse, como conjugar libertades, derechos y obligaciones con la misma y el papel que el colectivo, personado en el concepto de Estado, tiene frente a la misma. Así hemos pasado por sistemas de intervecionismo en que cada país tenía su empresa de todo: gasolinera, transportes, de telecomunicaciones... con un único problema: la situación de claro monopolio y la falta de competitividad.

Así pues, surgieron dos alternativas: el comunismo (o bien, la abolición de dicha propiedad privada) y el liberalismo, la libre competencia, base del capitalismo actual, que acababa con el intervencionismo y de partida con los monopolios. Competitividad es un concepto entendido como positivo. En realidad no lo debería ser, no necesariamente. Para grandes obras existen concursos públicos a los que cualquier empresa podría presentarse ¿entonces por qué siempre ganan los mismos?

Para responder a la pregunta anterior basta con que las condiciones para participar en dicho concurso se hagan a medida de quien se pretende ganar, es decir, convocar un concurso cuyos requisitos sólo puedan pasar unos pocos y que ¡voilà! cuyos beneficios irán siempre a los mismos bolsillos.

No digo que esto sea una norma, ni que el sistema entero sea corrupto, es una consecuencia negativa del consabido "hecha la ley, hecha la trampa" y es inherente al ser humano, tanto como la codicia o el egoísmo. La pregunta llegados a este punto es obvia ¿Cuál es la alternativa?

Reformular el sistema económico-social no tendría sentido sin una renovación moral. Mientras nos parezca legítimo que una persona pueda percibir al mes un dinero con el que vivirían familias enteras durante un año cualquier cambio que hagamos o pidamos es inútil. Por ello, un primer (aunque no el único) paso útil en esta dirección sería el plantearnos la necesidad o no de imponer un sueldo máximo, algo que ya mencioné en una anterior entrada.

En cuanto a sistemas, alternativas hay, todos con sus pros y contras; depende de como los interpretemos. Un sistema bastante justo (en mi opinión) respecto a la propiedad privada parece el basado en el Procomún que no se debe confundir con el comunismo o ideologías de izquierdas, sobre el que se han basado civilizaciones como la griega (que debido a su carácter tirano, oligárquico y esclavista dudo pueda ser calificada como de izquierdas) aunque dicho sistema se pervirtió, como le sucede al nuestro. Simplemente da una respuesta diferente; ni todo es propiedad privada ni niega dicha posibilidad, simplemente hay cosas que deben ser propiedad colectiva, pública y universal para mejorar la convivencia entre humanos. Y este es el punto donde quería llegar, porque por encima de ideologías o demagogias debería primar ésto, lo humano, la convivencia con nosotros mismos y con nuestro entorno. Pero no es precisamente en lo que el debate político o la crónica socio-económica pretenden que nos centremos.

jueves

Saltemos al vacío: la reflexión de los 28 plurales mayestáticos

Saltemos al vacío. Saltemos y asaltemos lo que queda, que no es nuestro, no lo poseemos ni controlamos pero nadie nos lo podrá negar jamás. Un salto que sepa a la antesala de la gloria, que coseche la sensación del éxito; pero sin gloria ni éxito, sin llegar a un fin ni justificar ningún medio. Hagámoslo desde la humildad, pero sin buenismos, con cinismo pero cínicamente mesurado, sin tabús pero con el tempismo propio de alguien que sabe donde está, pensemos en poco más allá de pasado mañana pero pensémoslo ya.

No miremos atrás, las distancias en el retrovisor pueden engañar, al igual que las dimensiones de lo que nos precede, no por quedar atrás fue peor o mejor, simplemente quedó atrás. Como atrás deben quedar las comodidades, un salto supone un riesgo, abandonemos la zona de confort, atrevámonos con lo desconocido, temamos lo cotidiano y adoremos las rupturas, aprendamos que también las hay positivas. Apreciemos lo que tenemos y de lo que adolecemos, tan nuestro como temporal y efímero, lo que permanece es la actitud: mantengámosla.

Todo salto tiene una caída, recordemos que un golpe no duele menos porque lo esperemos pero nos predispone a levantarnos valorando lo que hicimos mientras estábamos en pleno vuelo. Olvidemos parámetros de otros, en sentido amplio, de otros lugares, tiempos o individuos; reaprendamos sin llegar a reeducarnos, preparémonos para que cada salto sea si no más alto sí más agil, la técnica es importante pero solo con la marca se gana. No olvidemos que lo material tiene la importancia justa, el vacío lo compone todo, a pesar de la flagrante antítesis, por eso (entre otras infinitas razones) y porque otra opción no nos es relevante: Saltemos al vacío.

viernes

La enfermedad de los que curaban

Comenzamos 2014 con la sensación general y el anhelo de que no sea mejor sino menos malo que el año precedente. Parece lógico, el ser humano como especie no puede ser más decadente. Si hay algo ineludible y que da justicia a este circo es la muerte. Es la única certeza de la vida y escapa a nuestro control, tratando a todos los animales por igual.

Es por ello que desde los primeros asentamientos humanos, cuando dejamos de ser nómadas, las personas ancianas (adaptando tal concepto a la esperanza de vida de cada época) han sido en su mayoría receptoras del respeto de la comunidad e incluso veneradas. Y aún hoy día muchas culturas lo siguen haciendo.

Fueron dos reportajes en días diferentes en la televisión italiana los que me hicieron verlo tan claro. En el primero se retrataba la vida de uno de los países "en vías de desarrollo" del África occidental, donde está desapareciendo la cultura gastronómica propia amen de las multinacionales con sus centros comerciales. No obstante, en estas culturas relegan un papel sino protagonista sí decisivo a las personas ancianas, ninguna decisión de la comunidad puede ser tomada sin tener en cuenta el parecer de los ancianos. En algo hemos fallado los que creemos vivir en una "sociedad moderna", ¿verdad?

En este contexto y tras mi positiva sorpresa por la forma de vida que tenían vi el segundo reportaje. Era un acto solidario, o más bien de buenismo institucionalizado. Ya se sabe, la navidad da mucho marketing. El alcalde y concejales de un pueblo toscano decidieron rendir homenaje a los ancianos que tantas veces pasan estas fiestas (y también el resto del año) en la más absoluta soledad. La chispa de ignición para mi atención sobre tal reportaje fue el tratamiento de la vejez y la soledad en la misma como una enfermedad. Con una especie de pragmatismo físico exacerbado identificaban esa soledad como una enfermedad, algo propio de la tercera edad.

En ese momento y tras ver varias entrevistas y lágrimas de cocodrilo, fue cuando pensé en que sí se puede tratar como enfermedad, pero no de los ancianos, sino de la concepción y trato de la sociedad hacia ellos. Si ni siquiera existe respeto imaginemonos veneración. Los Simpsons se supone una serie sarcástica de lo peor de la cultura occidental, no una hoja de ruta. Dejar aparcados (literalmente) a nuestros mayores en centros geriátricos es algo deleznable y cobarde con la componente enfermiza de la aceptación social.

Hemos llegado a un punto en el que consideramos que las personas "ya no sirven" o "son un estorbo", todo esto, paradójicamente en el periodo histórico en el que más amamos los objetos materiales. Piensa cada noche con cuantas personas reales has interactuado ese día y con cuantos objetos inanimados; te sorprenderá el resultado. Porque avanzar es una maldición si es en el rumbo equivocado, creo que deberíamos mirar un poco atrás o a lo que consideramos "abajo" de nuestras sociedades. Porque tenemos mucho que aprender (más que de enseñar) del tristemente llamado continente olvidado.