miércoles

Cuentos de la lechera del siglo XXI

El ser humano es maravilloso. Éste era el eslogan de una maravillosa campaña de bebidas isotónicas. Lo es casi siempre, pero también colectivamente maleable e imprevisible. Ya no es que seamos el único animal que tropieza dos o más veces con la misma piedra, es que al tropezar, agradecemos a la piedra hacernos tropezar por librarnos de un hipotético y ficticio terraplén que se encuentra al final del sendero por el que discurrimos.

Así pues, llegamos a creernos que los populismos ultranacionalistas pueden resolver nuestros problemas reales de clase media-baja o nos agarramos con ridículo optimismo a la visión antropocéntrica de que, una vez aceptada la irreversibilidad del cambio climático y sus consecuencias para la vida terrestre, será el capital privado de un multimillonario filantrópico quien nos salvará creando colonias por el espacio sideral.

Los ejemplos no son tantos pero son preocupantemente relevantes: Elon Musk y su proyecto para colonizar y establecer una base en Marte son el primer caso. Un hombre multibillonario, enfrascado en su propia carrera espacial (proyecto SpaceX) nos dice que creará una base estable en Marte para, según sus propias palabras "empezar de nuevo" antes de que "ocurra una Tercera Guerra Mundial".

He aquí la primera piedra con que tropezamos. ¿Cómo es posible que haya aún quien crea que un exitoso empresario con sed de enriquecerse y pasar a la historia nos salvará de nosotros mismos? En el caso de crear una colonia en Marte, ¿con qué garantías vivirían los colonos?, ¿Bajo una dictadura de Musk? Probablemente.

La segunda piedra provoca aún mayor pavor. El protagonista es Jeff Brezos fundador y CEO del coloso Amazon. Tristemente conocido por las paupérrimas condiciones laborales a las que somete a sus trabajadores y, probablemente, dado el alto número de envíos de paquetes mundialmente, uno de los responsables del aumento del dióxido de carbono atmosférico.

Éste multimillonario se erige como salvador con un plan de civilización flotante que vaga por el Sistema Solar. ¿Os suena de algo? Exacto, la película Wall-E iniciaba con una premisa análoga. Quien haya visto la película creo que no necesita saber más para ver la locura que representa. Hace años que vemos como la distopía presentada por Orwell en 1984 se abre paso poco a poco y ésta podría ser la siguente distopía.

En ambos casos, millones de personas mantienen absurdas expectativas en estos millonarios salvadores. Tropezando mil veces con piedras como éstas y sin darse cuenta de que precisamente por empresas como las mencionadas y la tremenda desigualdad que provocan, nuestros problemas no paran de crecer. El ser humano es maravilloso (a veces) pero maleable e imprevisible casi siempre...