martes

La Cosa Vostra...


Tenía pensado hablar de algún otro tema, para escapar del asunto político italiano. No obstante, la importancia y el peso de lo que ayer sucedió aquí, me lo impide. Así pues, se cierra (aparentemente) la etapa tecnocrática de Monti, la de la austeridad. Aparte de ésto, los resultados de estas elecciones han dejado varias cosas más en evidencia.

La primera, es la demostración práctica del dicho popular “los italianos son ingobernabiles” como demuestra la composición de su Senado tras los comicios. En segundo lugar, la superioridad del partido-movimiento de Grillo, siendo el más votado de toda Italia, más aun que el partido de un Berlusconi al que, curiosamente, nadie vota o reconoce votar pero que luego obtiene votos de casi 10 millones de italianos. El tercer hecho, era algo esperado, el pueblo rechaza al tecnócrata saliente. Sin embargo, respecto a este punto, no creo que Monti se presentara para ganar, sino para dividir al electorado de derecha y asi evitar (como lo ha hecho) una mayoría de il Cavaliere. Como cuarto punto u observación, me llama la atención personalmente que no se pueda votar por correo, obligando a todos los italianos a moverse a su lugar de residencia familiar, lo cual solo puede provocar abstenciones (especialmente en universitarios) y que los erasmus italianos, directamente, no pudieran votar.

A pesar de que estos argumentos son plúmbeos como para aglutinar ríos de tinta y de pixels acerca de cada uno de ellos; en esta ocasión, me detengo en el segundo punto por parecerme relevante. Y es que, el Movimiento 5 Stelle ha sido el partido más votado, me parece notable porque es un claro símbolo del hartazgo y hastío de la población hacia la casta política, la austeridad y el bipartidismo CentroDestra-CentroSinistra. Es un paso importante, no comulgo con el contenido del movimiento, ya que es de caliz claramente populista y su organización es cuanto menos jerárquica y piramidal, pero sí con las formas, el partido anti-todos cuyo eslogan era literalemente: “Mándalos a todos a casa” ha sido el partido más votado, aunque la ley electoral y los juegos políticos de las coaliciones, no traduzcan este resultado en poder político real.

En España, nos echamos a la calle cada vez que algo nos indigna, algo por lo que se nos admira. En Italia han tomado el camino “legal”. El resultado para ambos es igual de negativo. Una revolución, ni se hace en dos días ni sólo con palabras. Ni siquiera en la Revolución Francesa bastaron, tomaron la Bastilla por ser el mayor polvorín de la ciudad y no por simbolismo. Es necesario dar un paso más y no sólo filmar la represion policial, sino combatirla. 

Como conclusión, repito que no me considero fan de Beppe Grillo y su movimiento por su alto contenido populista. Ya que sigue el camino de Berlusconi, éste usa sus numerosos canales de televisión (e incluso las entrevistas en el terreno deportivo) para lanzar sus mensajes propagandísticos y Grillo, por su parte, se niega a aparecer en medios tradicionales (e impide al resto de su movimiento hacerlo, algo no va bien sin esta libertad de expresión) y sólo habla mediante su blog, twitter, facebook, streaming y en las plazas. Cambian los medios y probablemente el público, pero el populismo es el mismo.

No sé como acabara esto porque nadie lo sabe aun. La conclusión más palpable, además de la vergüenza reconocida de su propio país por los ciudadanos jóvenes, es la constatación de un cliché que, tristemente se comprueba hoy: la imposibilidad de gobernar al pueblo italiano.

jueves

Podéis llamarme Postromántico

Feliz post-semana de los enamorados. San Valentín, esa fecha siempre controvertida y que, dado el incremento del uso de los medios sociales, ha provocado ríos de pixel entre favorables y detractores. Tanto, que parece que haya pasado una eternidad desde la fecha, cuando realmente ha sido sólo una semana.

Que si es comercial, que si yo me acuerdo siempre de mi pareja y no solo ese día o aquel otro argumento de, como me acuerdo de mi pareja todos los días porque no regalar hoy que es un día como otro cualquiera. Simples clichés, pero no voy a criticar desde el cliché del anti-todo, parece absurdo criticar un elemento, usándolo en sentido opuesto, aunque en publicidad funcione.

Obviamente, desde mi punto de vista, estos esfuerzos son interesantes desde un punto de vista sociológico y antropológico. Hablo de algo tan biológico como buscar pareja. Nuestras propias células dedican cantidades ingentes de ATP y ADP (su “gasolina”) en reproducirse; si no fuera así no se multiplicarían formando tejidos y nosotros no existiriamos tal y como somos.

Lejos del hedonismo o el placer corporal de darse a la lujuria, aunque sea difícil alejarse de ello, creedme; estamos biológicamente programados a perpetuar nuestra especie y la misma invención humana de los apellidos da bena cuenta de ello. Pero se requiere una cantidad de energía y una ruta de casualidades impresionantes para lograrlo, aunque a veces no seamos conscientes.

Es obvio lo falso de la creencia de que necesitamos encontrar a nuestra otra mitad, a alguien que nos complete. No es completar, sino complementar el concepto; el ser plenos debería ser un punto de partida y no un fin. No obstante, a lo largo de nuestras vidas pasamos por distintos momentos, puesto que, queramos o no, el contexto nos influye. Puedes haberte cruzado no con uno, sino con más de una docena de personas que podrían ser la justa para ti; solo que en momentos inadecuados, ni mejores ni peores, simplemente no era el momento. Respecto a eso, mejor olvidarlo, en este terreno no existen segundas oportunidades, o al menos; no con final feliz.

Entonces, ¿qué es el amor?. ¿Lo reducimos al hecho natural de reproducción, a la necesidad de crear una familia, parafraseamos una frase de hip hop y decimos que es el hecho de abandonar a tu madre para hacer madre a otra mujer o le damos un sentido metafórico a todo?. Las metáforas embellecen todo, correctamente formuladas, pueden hacer olvidar incluso el ente al que se refieren, casi por yuxtaposición. Así pues, hablemos de amor, convirtamos detalles amistosos y de cariño en actos de amor y por consiguiente, los propios regalos en detalles de esa complicidad. Conectemos al máximo con las miradas y la sonrisa y olvidemos nuestro lado más animal, o al menos reservémoslo. Separemos amor de sexo, es más, distingamos entre sexo y hacer el amor.

Sé que esta entrada es extraña, en estructuración y contenido, pero es difícil poner en orden concepciones que no entiendes como lo es entender algo que apenas concibes. En cualquier caso, asumo la responsabilidad, podéis llamarme Postromántico.