viernes

El río y sus afluentes en la corriente de la vida

No me situéis al lado de quien se lamenta sin alzar nunca la vista, de quien no sabe decir gracias, de quien ya no sabe darse cuenta de que está atardeciendo. Cierro los ojos, doy un paso al lado. Soy otra cosa. Estoy en otro sitio. (Alda Merini)

Desde que estudié a Ortega y Gasset una frase me confirmó la profunda intuición que siempre tuve en mi haber. Yo soy yo y mi circunstancia. La personalidad, el ego, lo que soy hoy (como constante temporal del ahora) depende de mí y de mi circunstancia; de lo que me circunda, la realidad que me rodea. Espacial y temporal. No sólo las personas que me rodean, también el tiempo que me circunda. El pasado vivido determina mi toma de decisiones presente, que se declinarán en un determinado futuro.

Es, pues, importante influir en ese entorno si queremos que ese yo nos satisfaga. Desde que leí por primera vez las Coplas de Manrique hago mía la analogía de la vida como río que va al mar, que es el morir. En ese curso, la corriente es la vida misma, la energía que mueve todo. Como todo río depende del terreno y de las condiciones meteorológicas. Además de dejar a su paso sedimentos, por un lado y enriquecer tierras a su paso; por el otro.

Consecuencia de lo anterior son los afluentes, que influyen irremediablemente en el curso del río, sin formar (a priori) parte del mismo; aunque pasados unos metros sea fácil confundirlos con la corriente del río mismo. Siendo indivisibles afluentes y río, como las circunstancias y el yo.

Es aquí donde conecto con la cita perfecta de este post. Tan importante es la actitud como el ambiente en el que se desarrolla. Ten a tu lado un compañero de trabajo mediocre y tarde o temprano perderás el tiempo como él en la oficina. Rodéate de gente creativa y dinámica, y algo, por poco que sea, dinamizará en ti, activará en tu mente un espacio olvidado, te hará pasar a la acción.

De pequeños sabemos valorar el entorno, vivimos la vida sin límites. Mi hija cada noche busca la luna y al encontrarla siempre se sorprende y alegra, sonríe y salta; a pesar de ser algo que esperaba. Alza la vista y transmite una alegría al que esté a su lado. Acercarse a este estado es una meta que irremediablemente te acerca mucho a la felicidad plena.

Por ello no hay que darse por vencido, no situarse al lado del que se lamenta por llegar tarde al trabajo si ha sido por jugar con su hija; alejarse de aquellos que no saben agradecer la vida, el trabajo de los demás o devolver una sonrisa; ni intoxicarse de aquel que vive por una inercia meramente fisiológica. Yo no lo hago y espero no hacerlo nunca.

Como Alda Merini prefiero cerrar los ojos y dar un paso al lado. Prefiero imaginar. Viajar en el tiempo es posible solo hacia adelante y de segundo en segundo. Viajar en la mente. Es posible siempre. Si alguien os lo niega, alejáos de ese afluente, cread un meandro que se aleje, dejad sedimento a su paso. Soís otra cosa y estaréis en otro sitio.

Por ello, para este proyecto, yo me he rodeado de la persona más dinámica y creativa que conozco. Mi hermana María José. Podéis seguir su reflexión de esta misma cita en su blog. Hasta la próxima cita perfecta.

sábado

La cita perfecta

Leo poesía porque en ella encuentro mujeres y hombres que buscan el sentido de las cosas...y es de los poetas que espero aquello que quisiera hacer pero sin ser capaz de hacerlo

Feliz 2017. Año nuevo, retos nuevos. La cita anterior no es mía, sino de un compañero de trabajo que cada año nos regala, a mí y a otros compañeros, por Navidad algo muy especial, siempre bastante espiritual. Un verdadero regalo, de los mejores que recibo cada año. Más aun si tenemos en cuenta que durante el año no sabemos nada de él.

Este año nos ha dado un bloc de post-it ya escritos. Calculo que serán entre 60 y 100. Todos ellos contienen citas. Fragmentos de vida para regalar, como lo define la persona en el primero de ellos. El prólogo, el texto debajo del título, es la cita del inicio de este post.

Hace ya cinco años nacía este blog, en el que me gusta escribir sin más límite que el de mi imaginación y el escaso tiempo que le puedo dedicar. Aunque cada post sea un mundo, he de reconocer que todos abrevan de un manantial común, con un estilo marcado. Desde las reflexiones personales hasta las noticias de actualidad comentadas. Todas poseen un denominador común.

Esto me gusta y enorgullece, porque este era el fin de este proyecto y a día de hoy no sé que haría sin un espacio libre donde escribir como éste. No obstante, mi número de posts ha ido bajando año tras año; quizás por la dificultad de encontrar temas nuevos y frescos, quizás por encontrarlos y no encontrar tiempo para plasmarlos. Fuere como fuere, jamás por hastío o hartazgo. Brainsploiding sigue más vivo que nunca. Aunque no necesite justificarlo a nadie querìa dejarlo claro.

Mi intención es escribir más y añadirme un nuevo estímulo. Las próximas entradas tendrán una cita al inicio, un fragmento de vida, que os regalaré. Como hicieron conmigo. Tras la cita discurrirán palabras y pensamientos transcritos, reflexiones puras más o menos elaboradas. Es lo único que puedo anticipar porque no hay nada escrito, lo haré en ese momento.

No sé con que regularidad podré hacerlo, ni si se intercalarán otros posts antes de acabar la serie de post-it. Lo que sí creo, es que será un reto bonito. Un homenaje al pensamiento sin más, una manera de detenerse en este frenesí veloz de vida al que nos pretendemos habituar. Al fin y al cabo, una búsqueda (infructuosa) de la cita perfecta.