martes

Sin ánimo de hacer spam. ¿Por qué hace Wwoofing? y, ¿por qué no?

Tres últimos días de trabajo, de trabajo voluntario; unas vacaciones diferentes e inolvidables que recomiendo a todo el mundo probar. Probablemente hoy, día de descanso porque hemos trabajado durante el fin de semana construyendo un muro a seco, iremos a Bath, patrimonio de la humanidad de la Unesco. Es genial estar en Gales y disfrutar del verde paisaje, perfecto hacerlo con la persona a la que amas, perfeccionando el inglés y aprendiendo cosas nuevas cada día.

Se trata del programa WWOOFING. Es una forma de voluntariado en granjas (agrícolas y/o ganaderas) biológicas en todo el mundo. El acuerdo es el siguiente, trabajar de cuatro a seis horas diarias de lunes a viernes a cambio de alojamiento y pensión completa. Muy económico, solo debes pagar los vuelos y los viajes que hagas en el fin de semana.

Hace casi un mes que estoy aquí trabajando en el campo y ya quedan sólo seis días para volver a casa. Bueno, a mi casa de Italia (ya sabéis mi teoría de los esquejes) y me da cierta pena dejar de lado la tranquila vida de aquí. Trabajar en el campo cansa, da molestias sobre todo en manos y espalda, pero al final del día no es dolor ni cansancio lo que acumulo sino satisfacción. Es un esfuerzo que gratifica. Tanto que casi no eres consciente de que comienzas a hablar inglés cada vez más fluido con la gente que te hospeda.

Nosotros elegimos Reino Unido, pero el programa está en todo el mundo y no hay límites de tiempo, depende de lo que acuerdes con la familia que te reciba. De hecho, hay gente que se pasa incluso un año haciendo esto. Totalmente recomendable.

En especial si, como es mi caso, os encontráis inmersos en un parón laboral forzado por las circunstancias. Porque para mi el Wwoofing, más allá de ser una excusa para aprender y perfeccionar una lengua o conocer lugares y gente nueva, me ha servido para volver a sentirme útil. Estar en búsqueda de empleo llega a ser frustrante, la sencillez de un voluntariado de este tipo sirve para relajar dicha sensación, relajar trabajando. Una paradoja sólo aparente, porque os aseguro que cada día la siento más cierta. Probad la experiencia, sin ánimo de spam os lo digo. Lo prometo.

miércoles

Chinese democracy

En primer lugar, debo pedir disculpas a aquellos que habéis llegado a este post esperando una crítica relacionada con el último álbum de estudio publicado por Guns N' Roses, aunque si continuáis leyendo veréis que el título no es casual (como en la inmensa mayoría de las entradas de este blog). Como algunos de los que frecuentáis este espacio sabéis, me encuentro en Reino Unido donde estoy viviendo durante todo el mes de Julio. Este dato sería irrelevante si no fuese porque es la fuente de mi reflexión de hoy.

Así pues, hace un par de dias (antes del nacimiento del hijo de Guillermo y Kate) la noticia principal con la que abrían cada noticiario y provocaba titulares a carácteres cubitales era el anuncio del primer ministro británico, David Cameron, de luchar por censurar la pornografía de los hogares británicos para proteger a la infancia. Su intención es la de impedir el acceso a la pornografía desde cualquier ordenador del país, filtro que sólo podrá ser deshabilitado mediante petición expresa de la familia al órgano gobernativo competente.

Puede ser un gesto oportunista y populista para obtener un mayor consenso que está perdiendo entre los propios miembros de su partido de cara a las elecciones generales de 2015, es cierto, también hace unas semanas tanteó el terreno con la posibilidad de consultar a la población si salir o no de la Unión Europea. Esta hipótesis (más que loable) puede encontrarse entre las causas o premisas de dicho movimiento, como leí en un artículo de opinión del Sunday Telegraph, pero lo que realmente me interesa es la base, la raíz de esta decisión. En otras palabras, el porqué una decisión como ésta le daría fiabilidad al frente de la política británica, tras varios y notables fiascos como demostraron las revueltas estudiantiles de hace casi un año.

Dentro de lo banal en que puede derivar toda conversación en la que entre en juego pornografía o prostitución (con sus consiguientes risas nerviosas), de fondo observo en este tipo de anuncios uno de los peores tipos de cinismo que existen, y en particular, el que más odio: el buenismo. Hacer una ley políticamente correcta en un territorio tabú y hacerlo declarándose un salvador, en pos de la humanidad, en este caso de la infancia.

Me recuerda a las patéticas censuras de la MTV porque se viera un pezón a Janet Jackson en la final de su torneo deportivo más importante o el modo en el que marcas de lencería componen sus pósters con modelos cuyos pezones son literalmente eliminados digitalmente. Típico cinismo propio de dictaduras tradicionalistas, un querer aparentar ser una persona de moral intacta a través de una ridícula hipérbole, pero que analizado con profundidad deja a la luz su más que clarividente contrasentido.

Existen muchos más casos, por desgracia en Estados Unidos son todos unos expertos en este tipo de cinismo. Un gran ejemplo es Obama y toda la iconografía a su alrededor jalonada y coronada sin duda por el premio Nobel de la Paz más injustificable de la historia, sobre todo teniendo en cuenta que sus drones (o aviones de guerra no pilotados) bombardean a diario dejando ríos de sangre a su paso. En países en guerra o incluso en los que no ha estado declarada (como demuestran los bombardeos en el confín pakistaní). El culmen de este buenismo se vio reflejado en la justificación absurda del espionaje de la privacidad de los ciudadanos en aras de la seguridad nacional.

Pero no nos perdamos en Estados Unidos. En este caso la noticia ha sucedido en Gran Bretaña, pero no son los únicos territorios invadidos de moralismos estúpidos, buenismos y bienquedas. Cabe recordar a este punto, la oleada de repulsión y repudio público que originó el caso de Tiger Woods, impidiéndole incluso seguir trabajando o provocando la retirada de espónsor, simplemente porque le fue infiel a su esposa. Pues perdonen que les diga pero creo que ser infiel a tu pareja no es un delito, pero lo políticamente correcto era criticarlo. Un tsunami de buenismo que invadió cada espacio del planeta aliñado con arengas contínuas en los medios de comunicación.

Hay muchas razones por las que el anuncio de este tipo de medidas es una afrenta a la ciudadanía: por populista, por cínica; pero sobre todo por antidemocrática. No podemos olvidar lo espinoso que es poder controlar lo que puede o no puede ver cada ciudadano en internet. Esto amigos míos es censura, si quieren luchar contra la pornografía infantil ya existen leyes para ello, si quieren proteger a sus hijos de la pornografía existen filtros parentales; no hay razón para tamaña censura, más que el poder controlar todo el flujo de información (semi)libre que es internet. Lo intentaron con las descargas y ahora el porno es su nueva cruzada. Es por todo esto, la censura al acceso a la información en la red en pleno siglo XXI, entre otras cosas, por lo que el título de este post no puede ser más acertado.

viernes

Existencialismo urticante de una apacible tarde de verano

Debió ser alguien muy importante e influyente, o agraciado con el gran don de la palabra, la primera persona que comenzase a usar el símil (posteriormente popularizado) de echar raíces como establecer tu espacio vital en un lugar confortable, un hogar, un punto de inicio, donde realmente tu esencia se encuentra y se desarrolla a su debido tiempo. Tu espacio en el que el tiempo no es más que una variable absurda.

No es algo nuevo el uso de este tipo de metáforas, basta recordar como grandes autores como Manrique han preferido metaforizar la vida humana con un río en curso que inevitablemente va a desembocar al mar, que es el morir.

Volviendo a lo planteado en el primer párrafo, el concepto de echar raíces he de decir que no me identifico en absoluto con lo que representa esta línea de pensamiento. En mi opinión personal, es cada contexto e instante de tu vida y la forma de interpretarlo y afrontarlo, el plantearse unos objetivos y no otros y el cumplirlos...todo esto determinan el modo y grado en que tu esencia se desarrolla. Sin estar necesariamente en el mismo espacio vital, ni te reporte la misma sensación. El contexto cambia, pero la esencia es inmutable. A la vez que dinámica, como lo infinito.

No por mucho viajar a distintos lugares puedes comenzar a sentirte que perteneces a ellos en el sentido político literal; pero tampoco calificarte como alguien desarraigado por el mismo hecho. Probablemente, en cada una de las situaciones e interpretaciones de lo real de los distintos espacios, desarrollas ciertos límites y pones coto al desarrollo de tu ego, en el sentido más etimológico: tu yo personal y tu yo social. Es decir, soy siempre la misma persona, no es un discurso sobre la hipocresía, el aparentar o la falsedad del querer ser; no obstante, muestro diversas dimensiones de lo que soy, de lo que mi esencia representa en cada uno de mis gestos como reflejo de las correspondientes sinapsis cerebrales que los coordinan. Estas dimensiones que muestro, serán obviamente percibidas de diferente manera por distintas personas, con sus propios filtros o criterios, con las que cruce la mirada, charle, conviva o me enamore.

Es por ello que concluyo mi reflexión con un símil con el que me siento más identificado personalmente. En mi caso prefiero hablar de esquejes ,dependiendo del ambiente en que se inserten proliferan de diferente forma o ni tan siquiera lo hacen. Pero si lo hacen, mejor o peor, siempre mantienen la misma esencia, creciendo del mismo modo que si hubieran nacido en ese lugar, como expelidos por una semilla plantada. Así que basta de hablar de echar raíces o no hacerlo en distintos espacios, en mi caso, siguiendo con el símil botánico, prefiero ser un esqueje.

jueves

Todo ser humano es corruptible hasta que se demuestre lo contrario

¿Hasta cuándo vamos a ser capaz de aguantar esta farsa? ¿Este desatinado y desafortunado sainete que ni tan siquiera llega a entremés? El partido en el cargo del ejecutivo, el Partido Popular ha quedado retratado por su extesorero que ha demostrado documentalmente entre otras cosas malversaciones, sobresueldos, financiación ilegal del partido durante algo más de veinte años...en otras palabras que lo corrupto, marchito y podrido predomina en su entramado. Mientras tanto, ¿cuál es la reacción política? UPyD en su línea se desmarca por la abstención, ni condena ni absuelve. IU permanece en su estado perpetúo de crítica pero con nula notoriedad para la opinión pública y el líder de la oposición, del Partido Socialista se aferra en, ojo al dato, la amenaza a proceder de manera oficial con una serie de medidas cuyos trámites desembocan en cuestionar la ideonidad del gobierno, que siendo aprobada por una mayoría, provocaría que el gobierno se plantease dimitir. Todo ello, claro está, se llevaría a cambio en tiempos prolongados y con la retórica por delante, como siempre.

Visto lo ridículo del mundo político, ¿es que no vamos a hacer nada como ciudadanos? La pasividad y resignación con la que el ciudadano medio recibe golpes día tras día sin apenas defenderse es apabullante, pero sobre todo es preocupante el escenario de indulgencia que nos inunda o pasividad en el mejor de los casos, dantesco.

Si algo define a los españoles es su solidariedad (como demuestra la Plataforma Stop Desahucios entre otras iniciativas) y su dinamismo social (aunque Mariano Rajoy elogie a su "supuesta mayoría que no se manifiesta"). No obstante somos un pueblo demasiado indulgente, ridículamente comprensivos con quien no merece esta referencia. Algo que todos podemos llegar a entender en época de bonanza, aunque no justificar; pero que en momentos como este, escapan a todo tipo de juicio racional posible.

Solo así se explica que, en un contexto de abdicaciones monárquicas y tras la corrupción demostrada por varios de sus miembros, la institución de los Borbones siga ahí en pie. Los Saboya tuvieron que huir de Italia porque los ciudadanos los mataban a palos y en Francia ahorcaron a este estamento elitista y represor, de otro tiempo, literalmente medieval. Parece ser que, a pesar del cabreo que mostramos en cada conversación de bar, preferimos seguir con lo que tenemos, nos da un cierto confort. Si se va la monarquía, alguien deberá ocupar el puesto de presidente de la república. Alguien que seguramente chupa del bote. Por lo que concluimos en aplicar el refrán convertido máxima en este país (solo así se explican algunos resultados electorales): "Más vale malo conocido que bueno por conocer"

Es entonces cuando uno se da cuenta de que existe un principio que todo español reconoce en todo personaje que accede a una cierta parcela de poder. Una presunción cuya aceptación está en la base de la resignación con la que cada día nos vemos desalentados. Esta presunción es la de que "todo ser humano es corrupto (o mejor dicho corruptible) hasta que no se demuestre lo contrario" Un asunto del que cabría más de una reflexión por nuestra parte pero sobre todo, una reacción. Porque nuestro tanque de gasolina ya está llena, no nos faltan razones para arrancar, para explotar, simplemente falta la chispa que produzca el incendio, y en este caso, parece ser que la toma de contacto aun se encuentra en manos equivocadas, o lo que es peor, en nuestras propias manos pero nos negamos a nosotros mismos la posibilidad de cambiar las cosas.

martes

La gran responsabilidad que conlleva el cuarto poder o una oda al respeto hacia la profesión del periodista

Probablemente no hayan oído ni hablar remotamente en su entorno de las 5 uves dobles del periodismo, no sepan como contrastar una fuente y aquello de la deontología periodística les suena a medicación extraña, a tecnicismo, no va con ellos, demasiado snob. Y el señor Lasswell no les dice nada. Estoy hablando de una tendencia, creciente, en expansión desde hace años y que, a un enfermo terminal como la profesión del periodismo, provoca hemorragias contínuas; me refiero al denominado Citizen Journalism.

Cierto, existen ventajas innegables en cuanto a comunicación (a bajo coste), pero eso no es periodismo. La tecnología ha avanzado, te permite comunicar con una audencia masiva que absorberá pasivamente el mensaje, es como la vuelta al concepto de masa, o mejor que comunicar, esputar tu información, sin necesidad de demostrar ni contrastar nada, independientemente de lo sesgada que esté. Este es el verdadero peligro. Las redes sociales son geniales para estar al día de algo que sucede en un sitio en el que físicamente no puedes estar, pero de ahí a canonizar periodistas ciudadanos y decir que hoy en día cualquiera puede convertirse en periodista improvisado, me parece una falta de respeto profunda hacia una profesión, los que la ejercen consecuentemente, meritoria de nuestra admiración y cuya preparación va más allá de saber usar los filtros de Instagram, os lo aseguro.

Un Smartphone te proporciona comunicaciones inmediatas, fotos de una calidad aceptable; pero no inteligencia ni capacidades o aptitudes. Todos sabemos informar unilateralmente de algo, bastantes comunicar, pero, sinceramente, muy pocos son capaces de aplicar los filtros objetivos necesarios con la debida contrastación como para verdaderamente cumplir las funciones del periodismo: informar, formar y entretener, y hacerlo buscando la veracidad. Veracidad y no verdad, la verdad siempre es relativa en función del observador.

Imaginemos una aplicación para iPhone que permita tomar el pulso y auscultar con precisión. A pesar de ello, sería absolutamente ridículo e impensable hablar de citizen doctors sería como intentar obtener un diagnóstico médico buscando vía Google o Yahoo Respuestas. ¿Por qué, entonces, hemos dejado que suceda con el periodismo?

Este intrusismo sucede, en menor grado pero sucede, en mi profesión. Afortunadamente cada vez menos habitual, pero no es de extrañar ver el puesto de diseñador gráfico ocupado por el hijo del presidente porque sabe manejar Photoshop. Existe otro ejemplo que todos entenderéis, puedes tener una cámara réflex colgada en el cuello y sí, las fotos son fabulosas comparadas con las de una compacta; en automático la nitidez es fabulosa y los parámetros de luz y obstruración apabullantes, perfecta para tener en casa o en Facebook. Pero no, eso no te convierte en fotógrafo. Fotos perfectas, no profesionales. Ser fotógrafo es más que eso, es saber componer una foto, tener en cuenta el peso visual y la anisotropía, saber que objetivo usar, regular la ISO...como decía un profesor mío de fotografía: "Lo más aburrido para un fotógrafo es presionar el botón para hacer la foto, ya que todo el trabajo es anterior, es mental. Debe tener la foto perfectamente en su cabeza antes de pulsar el botoncito". No creo que haga falta añadir más.

La actualidad se cuela de lleno en este asunto, aunque indirectamente. Dada la situación de penuria económica y social (por no hablar del desdén político), la austeridad europea ha arrebatado al pueblo griego (al que debemos entre otras cosas la noción de la palabra democracia) su canal de televisión pública. Noticia que, a veces, pasa inadvertida pero cuya gravedad es incalculable. Manejar e interpretar la información para ser comunicada, es un poder, el cuarto poder. Y como todo gran poder, conlleva una gran responsabilidad.