martes

Concepciones laborales de un neonato

Independientemente de ideologías o creencias particulares, creo que a nadie se le escapa el fenómeno sociológico actual que esta viviendo España en particular y los países mediterráneos en general (por no decir los países occidentales europeos). Es esa una de las razones, si bien mi opción siempre fue la de probar en diversos países, la que hizo que, mochila en mano, probara suerte mas allá de las fronteras de mi país. Gracias a ello, creo me encuentro en la situación privilegiada de tener un contrato en vigor...

No es esto el tema a abordar y de hecho no pretendia hacer de esto un post personal, me sirve como contexto para compartir mis apreciaciones de un mundo laboral en el que he apenas entrado. No pretendo ser apocalíptico, pero he de reconocer que tanto el principio de Peters como la Ley de Parkinson se cumplen en la mayoría de los casos. A continuación explico brevemente en que se basan:

En el primero de ellos, se habla de que una persona va ascendiendo en una empresa hasta llegar a un puesto en el que es totalmente incompetente. Es decir, ganas en "responsabilidad" y en escala de mando, pero no eres nadie sin los de mas abajo que son quienes realmente saben hacer el trabajo posteriormente firmado por ti. 
Vivimos en una sociedad basado en el rédito y no en el mérito, en el nombre antes que el hombre; por lo que, no cabría esperar otra cosa que no fuera un sistema laboral basado en las jerarquías y en la eterna competencia, en lugar de en la colaboración o cooperación horizontal y vertical. Quizá sea algo solo intrínseco a la publicidad, aunque no lo creo, pero pienso que la mitad del tiempo no se pierde tanto en hacer el trabajo en sí como en el tedioso protocolo de tener la aprobación de los de arriba. Es conocido que los grandes líderes empresariales han puesto de moda aquello de hacer cursos para la gestión del propio tiempo, el mismo tiempo con el que cuentan el resto de trabajadores de abajo suya y en el que sin embargo hacen el doble que ellos (en algunos casos)

Pero ni mucho menos estoy diciendo que los trabajadores asalariados (o no) sean los que gestionen mejor su tiempo, de hecho en eso se basa la segunda ley: la de Parkinson, que nos cuenta básicamente que un trabajador tenderá a extender las tareas que tenga a todas las horas lectivas. Esto es, con 8 horas de trabajo y 10 tareas para ese día, empleará las 8 horas en tenerlas listas, mientras que, aun teniendo la mitad de tareas, tenderá a tardar lo mismo. Esto realmente se cumple y en muchas ocasiones, en esto se basan los problemas de productividad y eficiencia, tanto arriba como abajo, es un fallo mas del sistema, en este caso en lo laboral.

Es entonces, donde entra en juego la motivación que jalonará posteriormente la implicación en lo corporativo, es la eterna diferencia entre un jefe y un líder. El líder tiene algo de lo que carece un jefe normal, es el carisma, esa quintaesencia que hace escuadra, que hace cooperar, que hace funcionar las cosas; es el engranaje. Si, por méritos (y no por nombre o puesto), tenemos las mismas herramientas compartámoslas por el bien común, es este el concepto que hace falta asumir culturalmente.

No obstante, nada de esto tiene sentido cuando un trabajador por naturaleza propia no quiere hacer nada o un jefe exige imposibles de la peor manera posible, aunque consideraré estos como casos excepcionales. En definitiva, el mundo empresarial esta cargado de psicología, el estado ideal es tener el carisma suficiente para ser simpático y accesible al resto pero al tiempo dar la sensación de que siempre requieres la cooperación del resto para obtener mejores resultados. Esto solo son impresiones de alguien que esta empezando a meter la cabeza en el mundo empresarial, en el que, como decían ya en la Universidad, se libra una lucha diaria que nunca dejará de sorprenderme, el mas puro reflejo del egoísmo y avaricia que componen nuestra condición humana.

jueves

La ética es obligatoria, no la religión

Vivimos en una sociedad en la que el nivel de pantomima del sistema y la creciente sensación de libertad vigilada no tienen parangón, pero eso si, al menos la mayoría de la población no muere de hambre. La religiosidad, la creencia en algo mas, soprahumano, puede ser en esencia algo propio a nuestro ser; la espiritualidad es algo mas o menos innato y en ocasiones incluso necesario: calma conciencias y elimina incertidumbres hacia el miedo a lo desconocido, aunque lo haga de la manera mas rápida y menos inteligente, pero en eso se basa, en fe, hay poco de racional en esa espiritualidad. Que nadie lo interprete como algo peyorativo, simplemente no es algo racional.

Yo respeto todas las religiones y creencias, independientemente del número de practicantes que tenga, es respetable en todo caso. No obstante, algo común en todas ellas es su matiz absolutista en lo que respecta a sentirse poseedoras de la verdad, de una especie de clave y llave maestra que les hace tener la respuesta auténtica, que debe ser comunicada. Pues bien, es aquí donde comienzan los límites, cuando se intenta "evangelizar" (bonito eufemismo) o mas bien imponer tus creencias a todo el mundo. Y sin ningún ánimo de ofensa, he de decir que el cristianismo tiene y ha tenido gran protagonismo en estos "pecados", esta inquisición fisica y mental de los pueblos, llamando a los que opinaban de manera divergente blasfemos y excluyéndolos socialmente (algo que no creo sea muy cristiano, por otro lado).

Podría divagar durante hora hablando del anquilosado sistema piramidal de la iglesia católica, cuya corrupción e hipocresía destaca por encima de todas y que da un mensaje y demuestra lo contrario con su conducta. En este caso me centraré esto; en su imposición y por ello irrupción en tantos aspectos de la vida pública: política, educación... Si de verdad existe libertad religiosa, no debería haber corporaciones políticas y empresariales que buscaran extenderla, no deberían tener esos privilegios de no pagar impuestos, poder escriturar cualquier propiedad a su nombre o permitir que el dinero público de un país en crisis dedique mas recursos en ellos que en la educación o a sanidad públicas, es un contrasentido.

Además no me parece ni lógico ni mucho menos ético, las misiones a países en vías de desarrollo (hoy el post esta plagado de eufemismos) bajo la condición de acabar con su riqueza cultural y de creencias biblia en mano. "Evangelizar" en lugar de llevar vacunas para frenar la lacra de los países como lo son el SIDA o las mafias locales, la verdad, es que ya dijo Einstein que la estupidez humana es infinita y no paramos de demostrarlo. Hace poco me sorprendió leer como la iglesia católica se jactaba del crecimiento del numero de católicos en Africa y Asia, y es que la colonización (al menos mental) parece que no ha acabado, una vez mas el mismo error: imponer lo propio bajo el falaz argumento de que es la verdad o al menos la mas extendida, etnocentrismo y falta de relatividad cultural llevadas a su nivel mas extremo.

Para acabar este post, hace poco estuve en Roma y con ello en el país mas rico del mundo: La Ciudad del Vaticano. Estar allí y ver todo lo que vi, me hizo reconfirmarme en que creer en cualquier clase de dios o ser sobrenatural, creador de todo, omnipresente, omnipotente y al cual se le deba alguna clase de culto o respeto especial como en el catolicismo, sería una contradicción en mi vida con la que no sería capaz de convivir. Y es que como dice Toteking, de quien es la frase del titulo: "No creo en dios, avísame si ves alguno".

lunes

La absurda legitimidad para tropezar con la misma piedra una vez más

Es la noticia de las últimas horas: Facebook comienza a cotizar en Bolsa. Entre noticias desalentadoras y recortes de derechos (y de derechas) resaca de un atracón especulativo años atrás demostrando la insaciabilidad de la avaricia humana, salta esta noticia a las principales portadas de los medios de comunicación de todo el mundo. 


Sinceramente, hace un tiempo que la burbuja especulativa de las puntocom saltó por los aires, recordemos la salida a bolsa de Yahoo! y su posterior descalabro. Es ahora, época por antonomasia de las redes sociales cuando Facebook se erige como líder, como negocio no sólo de presente sino de futuro, como un valor seguro en el que invertir, cuando realmente esto no es así, es falso o, cuanto menos, falaz.

Atendiendo a criterios meramente económicos, por mucho alcance respecto al publico que exista, el único o al menos el mayor medio de financiación y lucro de la red social no se encuentra en Wall Street sino en Madison Avenue. Me refiero a los anunciantes, a la publicidad. Los perfiles y paginas corporativos proliferan, si, pero en cuanto a los anuncios clasificados su retorno de inversión deja mucho que desear, y es que según una reciente investigación poco mas de un cuarto de los usuarios de Facebook ha hecho click alguna vez en alguno de ellos.

Si se le quiere dar rentabilidad hay que buscar nuevas fórmulas, por lo que es Facebook quien necesita a los inversores y no los inversores los que se enriquecerán con Facebook, es otra vez lo mismo, el crecimiento basado en el propio crecimiento, ya empezó a suceder con Spotify, es pagar por un soporte que para su rentabilidad necesita mayor inversión publicitaria y para ello renovarse aun mas en este aspecto. Como siempre vender la piel del toro antes de cazarlo, pura especulación, puro juego.

Mientras tanto millones de personas mueren de hambre, ojo, de hambre. A riesgo de parecer demagógico y sabiendo que es repetida muchas veces esta frase y de ahí nuestra poca sensibilización pero eso no le resta gravedad, porque como he oído recientemente a un experto en el ultimo programa de Punset sobre la malaria: "En el siglo XXI el país donde naces no debería determinar tu esperanza de vida". Sin embargo los medios celebrarán esta salida a Bolsa, hablarán de futuro y de movilizar la economía, incluso de ser un motor de crecimiento, mientras que el ciudadano medio, aquel 99 % no verá ningún cambio en su vida, por lo menos, ninguno positivo.

viernes

El infinito como única constante


Ya lo decía la Escuela de la Gestalt, el ser humano busca cerrarlo todo para poder aprehenderlo, caracterizarlo para su interpretación y en esencia, asumirlo como tal. La Gestalt hablaba de líneas discontinuas y poligonales abiertas que los sujetos veían como continuas y polígonos ya cerrados, respectivamente. No obstante tendemos a esto en nuestra visión general de la vida; a hablar de ciclos y a creer que incluso estos se repiten y que todo sucede por alguna razón.

Este cierto determinismo nos hace estar mas cómodos, eliminando incertidumbre. Sabemos que un ciclo acaba aquí y obviamos que existe cierto determinismo en cuanto al porqué ha sucedido de tal forma y no de otra. Pues bien, esto no es verdad; la realidad es múltiple y cambiante, y no existe más constante que el infinito.

Es ésta la idea principal que busco concretar: el infinito es la única constante del universo. A los estudiosos de la física no les resultara extraño esta aseveración, la energía es lo que mueve al mundo en todos los sentidos y nunca se destruye (ni se crea) sólo se transforma. Si sobrepasamos las lindes de lo perceptible, tanto por el mundo macro (astronomía) como por el micro (química y física cuántica) nos damos cuenta de que no solo el infinito es un denominador común, sino que la incertidumbre reina por encima de la certeza.

No digo que todo esté gobernado al azar, el azar no existe como tal, simplemente es el nombre que se le da al desconocimiento. En la mayoría de casos por falta de herramientas o porque la mente humana tiene un límite en sus niveles de abstracción, si bien, como buen evolucionista creo que esto irá mejorando en generaciones próximas.

Volviendo al tema del infinito y en el mundo subatómico, los mismos electrones se encuentran dispersos en una nube, acuérdese o consulte el lector la ley de incertidumbre o la hipótesis del gato de Schrödinger, existen infinitas posibilidades. Lo cual a nuestra percepción nos abruma, pero es porque las herramientas físicas que usamos aun pueden ser limitadas.

El otro día viendo el excelente programa Redes de Punset, se hablaba de los universos paralelos. Los átomos no son estáticos y están en continuo movimiento vibratorio, o lo que es lo mismo, su posición en el espacio no es fija. Estudios han demostrado que en el momento en el que se sabe la posición de un átomo ya no esta en ese punto, por lo que existe la probabilidad de que veamos los átomos que lo forman todo: personas, objetos, animales... e incluso los fotones que forman la luz visible para los humanos y que nos hace percibir las formas y colores de una sola manera, a través de nuestros sentidos; pero existen infinitas magnitudes de percepción, es decir, los átomos se nos proyectan en un estado y tiempo determinados, donde los percibimos pero no están solo ahí. Es una hipótesis bastante interesante, en el programa se habla de tres niveles de universos paralelos que no voy a entrar a comentar en esta entrada, si queréis verlo está disponible online en la web oficial del programa.

Para acabar esta extensa y algo plúmbea entrada, solo quedarme con estas ideas: ni el determinismo ni el azar existen en modo absoluto, tendemos a encerrar todo en conjuntos conocidos que permitan su identificación y análisis, no obstante, la única constante real del universo es el infinito. El mismo tiempo (al que controlamos, o al menos acotamos, con horas, minutos y segundos) es un excelente ejemplo de lo que estoy hablando. La incertidumbre y el desconocimiento gobierna los temores humanos, pero eso no quiere decir que no podamos intentar comprenderlos, aunque sea de una manera vaga y meramente discursiva, por el absoluto placer de la divagación.

Good news, no news


Es algo que no escapa a nadie, nos gusta el morbo y somos en cierta medida proclives a las historias que de una manera u otra no tienen final feliz, incluso cuando no tienen final preferimos completarlas desde un punto de visto cuanto menos apocalíptico o al menos oscuro. Por supuesto tras pasarlas por nuestros filtros personales e interpretaciones que harán transmitir las mismas de una manera u otra a los demás en su viralizacion.

Muchas veces se ha oído eso de medios de comunicación que solo daban noticias positivas que han quedado muertos o en el olvido, al fin y al cabo, fracasados. Si bien puede dar curiosidad en algún momento su seguimiento no es continuo.

Y es que el ser humano, sabe que la vida no es un camino de color de rosas y no le gusta sentirse que solo él tiene problemas. “Mal de muchos, consuelo de tontos” nos dice no sin cierta sorna el refranero español. Pero esto va mucho mas allá de todo esto, creo con toda seguridad que hay mil maneras de contar las cosas y la intencionalidad cuenta en como se haga.

Así como las estadísticas están hechas para ser interpretadas y por lo tanto mostrar conclusiones precipitadas por visiones sesgadas de las mismas, con una determinada información parcial se puede dar a entender algo que quizás no sea lo mas ajustado a lo real. Veanse los resultados de las oleadas del Estudio General de Medios interpretados por cada uno de ellos como un éxito claro.

Pero no voy a descubrir nada nuevo, el miedo ayuda a controlar y manejar, pero tiene un limite, se llega a la saturación y provoca el efecto contrario; y es que cuando hay tanto por lo que temer se relativiza y se aprende a convivir con la emoción. Esto esta ocurriendo en España, donde los medios solo hablan de recortes sociales, mientras no recortan un ápice en iglesia ni a políticos ni sus coches oficiales ni se condena a los corruptos y si se hace salen indemnes, mientras la “clase media” paga todo a las grandes fortunas no solo no se les impone impuestos especiales sino que se les permite la evasión fiscal, llamese amnistía... Eso genera una crisis de motivación, ante la impotencia de la crisis de valores imperante en quienes tienen la sartén por el mango, pero en esto caso existen limites que hacen de punto de inflexión. No nos gusta oír buenas noticias, correcto, pues convirtamos las malas en contratiempos de los que aprender, eso no las conviene en buenas pero si les dará un matiz positivo, el de su utilidad para la vida: de su consecución para el futuro o aprendizaje no hablaremos, es meterse en un tema harto extenso del que abordamos en esta entrada.

En definitiva no queriendo entrar en esa espiral de crispacion, existe otra visión. Soy un firme defensor de las personas a nivel individual y en la sociedad a nivel de personas, de comunidad y no en un sistema basado en el valor de las cosas, del todo cosificado y en el que al egoísmo se le llama ambición y la meritocracia solo se aplica según criterios que nada tienen que ver con el talento. Movimientos como el 15M, y sobre todo sus asambleas con gente de todas las edades y estratos sociales, hace casi un año me hicieron restaurar la fe de que algo se puede lograr y esto si que son buenas noticias aunque muchos medios no las quieran divulgar por razones ajenas a las expuestas en los primeros párrafos.