martes

La parábola gramatical

Dos preposiciones distintas: una propone, la otra presupone. Por y para. Para y por. Traen de cabeza a cualquier aspirante de hispanohablante, con toda razón. Y es que el español está para hablarlo, pero como toda lengua viva, también para vivirlo y conducirlo. Ni el for inglés ni el per italiano pueden competir; por y para son dos conceptos, que se parecen en forma y difieren en contenido, siendo en ocasiones incluso antónimos.

La gramática y la semiología a veces son caras distintas de un mismo dado, donde se encuentran también vocabulario, fonética y semántica. El lenguaje es artificio del hombre, entendido como humanidad, nuestro triunfo, nuestro asalto al tiempo, modulando sus vibraciones contraponiendo las nuestras. Por y para son preposiciones distintas, causa y destino de nuestros días. Y un ejemplo de como la lengua y sus reglas inciden cotidianamente en nosotros.

Por es causa y pertenencia, por es el mundo real, lo racional y razonable (que no siempre coinciden), lo tangible, es un origen o procedencia, es justificación.

Para es finalidad, es un objetivo, para es un mundo en anhelo o un potencial deseo, un destinatario, es subjetivo, no necesita especificar más, y aun cuando se refiere a algo del mundo físico, en el momento de ser pronunciado aprehende siempre algo intangible.

He aquí la conclusión. La clásica diatriba desde que el mundo es mundo. Ideas y mundo físico, imaginación y razonamiento dogmático, pasión y trabajo (aunque a veces coinciden).

Cultivad los para, que los por vienen por sí solos, como por inercia. Cultivad las ideas, la imaginación y la pasión. El mundo físico, razonamiento dogmático y trabajo (en su acepción más genérica, entiéndase como obligaciones) ya forman parte del bosque.

Haced crecer aquello que os hace feliz, siendo precisamente la felicidad la respuesta a la pregunta ¿Por qué?
Dedicad lo más valioso que tenéis, vuestro tiempo, a cosas que no puedan responder un ¿Para qué?

¿Entendéis ahora el concepto que esconde este texto? Una pasión es una pasión mientras no tenga respuesta a la pregunta ¿para qué? En el momento en que esto cambia, deja de serlo automáticamente.

Por eso me encanta escribir. Y para eso no hay más respuesta que ésta.