miércoles

Perla del Sur

Entre las zarzas del ayer y la niebla del mañana, una nueva luna blanca como la perla nos guía y nos rescata de la nada. Esa perla brilla y brilla, es luz nueva y radiante. Es y será en nuestra vida la celebración de un nuevo instante. Ninfa y perla se unirán con el amor de sus gestantes en un nuevo hogar, que será siempre nuevo, cambie la casa o no cambie. 

La pesadez e incertidumbre se disipan a su lumbre, gracias el fuego que se prepara, a la luz que se nos viene, a la sonrisa que nos aguarda, la mirada tan esperada. Preparemos un nuevo nido para nuestra segunda hada

Quedan aún 4 meses para ser 4 en casa. Pero en mi mente y corazón lo somos desde hace tiempo. En familia la luz es más clara, sólo en familia madruga el alba. Sólo sé que no sé nada. Sólo sé que quiero abrazarla.

viernes

Un día en el nuevo mundo

Amanece con el sabor a ceniza en las entrañas, la pereza y la apatía solo se ve superada por la aplastante rutina, la homologación y la esperanza de que algo cambie. En la calle poco cambia: el tiempo está detinido, las conversaciones son idénticas desde meses, como guionizadas; los actores saben como y cuando cambiar sus caretas: cuando toca esperanza, cuando preocupación, cuando condescendencia y sobretodo como de paternalista ha de ser el discurso. 

La hora de comer se sazona con el irremediable deporte de masa: infoxicarse de titulares, que no noticias. Fagocitar y facilitar la tendencia clickbait de titulares impactantes basados en estudios parciales o no verificados del todo. Hipótesis que se transforman en lapidarios titulares y así un día creo una cosa y al otro la contraria. 

Polarización de sobremesa. Negacionistas del Covid contra negacionistas de los efectos adversos de las vacunas. Y en medio a ellos, el razonamiento lógico de cada uno, con elementos verificables se ve aplastado. Deducciones gratuitas e inducciones ad personam que se pierden con el viento. Viento que se va, cada día y se lleva el tiempo en sus brazos. Ese rutinario constructo perdido en este día entre desesperación por un mundo inmerso en un caos sin futuro y la última banalidad mundial a la que prestar atención y desechar al dìa siguiente. El entretenimiento nunca fue tan de masa. La falsa libertad de elección del streaming o las redes sociales hacen el efecto del burro con orejeras. Y pido disculpas a los burros. 

Atardece en plena región del cansancio. El hastío supera la apatía, tanto que parecieren almas gemelas. Por fin tiempo libre para ser libre y recomponer la falsa libertad desperdiciada antes. Aquí gana quien sabe buscar sonrisas y encuentra abrazos. Quien, cómplice con el rojizo atardecer, sabe esperar para disfrutar de la iluminada muesca burlona lunar

La sobremesa de cena, la sobrecena. Zona para valientes. El sueño sustituye al hastío pero el tempus fugit cataliza nuestra energía. Hay tanto en que pensar que el pensamiento desborda; hay tanto que escribir que la pereza asola. No es miedo a la hoja en blanco, es parálisis a la abundancia de ideas y la escasez de estímulos. Y el ser consciente de que el día se acaba, y de que el siguiente no será igual, que no dejará las misma sensaciones. Que irá mejor. Relativizar. Respirar. Dormir. 

Después amanece, que no es poco. Y la acumulación de amaneceres hace macerar en el alma las ganas de transpirar lo que todo tu ser te pide, y con el sol o con la lluvia, llega el momento en que la mente fluye; y los dedos responden; y la pereza y la apatía no ganan. Y la vida sigue y seguirá, siempre y día a día siendo merecedora de ser vivida con el máximo de energía mental.

Vuelvo a escribir. O mejor dicho, vuelvo a publicar aquí. El 90% seguirá sólo escrito a mano en alguno de mis cuadernos; pero esto quiero externalizarlo. Me doy la bienvenida de nuevo a este espacio: Brainsploiding. Nunca debí abandonarlo.