lunes

El fascismo nunca debe ser una opción. Contra la deriva apática.

La historia no enseña (o igual somos nosotros los que no aprendemos) y el fascismo no avisa o parece no avisar. Una de las cosas que siempre me he preguntado leyendo libros de historia es cómo era posible que durante el ascenso del fascismo nadie hiciera nada para pararlo, no entendía esa apatía generalizada ante tanta injusticia y desfachatez, ante tanta ignorancia y terror. Ahora por desgracia puedo entenderlo, pues esa apatía generalizada la encuentro en todas partes; precisamente ahora, que viejos fantasmas del fascismo asoman su patita.

Es horrible que en España unos militares reservistas puedan defender a un dictador, un grupo neofascista llene palacios de congresos enteros, un ministro de Interior en Italia diga una barbaridad por semana sobre los refugiados y otro ministro, en este caso del Trabajo, amenace con su clausura a dos periódicos como la Repubblica y L'Espresso. Pero lo más terrible de todo esto es que somos testigos y miramos a lo nuestro. En una insoportable apatía de la que, a veces, lo reconozco; me contagio yo también.

Libertad de expresión es decir que votarías a la derecha o la izquierda, que reformarías el código penal y la política interior y económica del país, quejarte y buscar alternativas.
Loar a un dictador o apoyar la discriminación sobre base racial o étnica (biológicamente el concepto de raza no existe como tal) o ideológica es otra cosa. Mucho más grave. Y como tal es inadmisible.

La derecha no se esconde, apoyada en la situación de crisis, y se engalana con tintes fascistas, el centro-izquierda da discursos que después olvida una vez que llega al poder, difiriendo de muy poco de la derecha... en este contexto, la izquierda o partidos favorables a una política más social e igualitaria no dan abasto y ya se sabe que el que mucho abarca...todo ello aliñado con unos medios de comunicación que se quedan en lo anecdótico y sacan de contexto declaraciones y acciones. A fin de cuentas, el ciudadano se encuentra entre un centro político inexistente y una izquierda que parece centrarse en chominadas que solo hacen noticia y postureo. Ciudadanos que en su mayoría (por desgracia) navegan en la ignorancia y a los que informarse a través de Facebook hace aún más manipulables. Un mix perfecto para el fascismo.

Por todo ello, si tú eres consciente de todo esto y rechazas esta oleada intolerante que estamos viviendo debes alzar la voz. Porque no se va a pasar sola y la historia nos enseña (si queremos aprender de ella) que un movimiento opresor con el tiempo va siempre a más. Y crece por acción, sí, pero también por omisión del resto de actores sociales.

Yo también me pregunto que puedo hacer yo por algo que me viene tan grande. La respuesta está en el asociacionismo, en cultivar el ser colectivo que nunca debimos dejar de ser, olvidar el individualismo y mirar alrededor tuya. Por fortuna Romagna es una tierra llena de cooperativas sociales, si donde vives no las hay, créalas. Luchemos por algo común juntos, como ciudadanos.

Reúnanse, dialoguen, piensen. Reaccionen. Porque no va a haber ningún salvador externo, porque nuestros bisnietos no se pregunten cómo es posible que el fascismo volvió a resurgir y no hicimos nada para evitarlo. Aprendamos de los niños y evitemos que la historia se repita.