lunes

Sin beca no hay paraíso

No podía ser más oportuno el tema, a pesar de que llevo días queriendo plasmarlo en mi blog, por experiencia personal y por ese derecho tan absurdo como inexorable al simple pataleo. Hoy el mismo Arturo Pérez-Reverte publica en su web "El calvario de ser becario". Pues bien, yo os quiero hablar de la tortura de ni siquiera poder pasar por dicho calvario.

Hoy precisamente, se han conocido los presupuestos para el próximo año, estampando en nuestras caras atónitas una gran ración de realidad, mayor austeridad en lo que ya está mal: educación, sanidad y servicios sociales. Quizás nos digan que estamos dejando atrás la recesión en lo económico, mientras en lo social se hace todo lo contrario, no se deja nada atrás. Estamos en regresión.

En este contexto, no parece nada fácil acceder a cualquier beca o ayuda del estado (y doy fe de que no lo es) por lo que muchas personas no podrán estudiar o en el caso de los titulados, tener una experiencia laboral. Y es que hace unas semanas he recibido la notificación de parte de la Fundación Universidad-Empresa de la Región de Murcia (como ya recibí en su momento de Ingalicia o Universidad-Empresa de Valencia, entre otras) de la negativa a acogerme a su programa Leonardo Da Vinci, a pesar de tener ya un acuerdo con una empresa de la zona e incluso el alojamiento encontrado e incluso ahorrarles el billete de avión de ida.

Lo peor de esto son las supuestas razones, la curiosa espiral en que me encuentro. Al haber trabajado casi dos años ya en agencia de publicidad, me dicen que tengo demasiada experiencia para ser becario; que es becario aquel que no ha tenido experiencia en su campo. Esto me parecería del todo lógico si fuera en línea con el pensamiento de los empresarios, es decir, si para ellos fuera una opción el contrato y no sólo decirme que sí cuando les salgo gratis.

Así pues, una nueva pescadilla que se muerde la cola. Demasiada experiencia para ser becario y demasiada poca para ser contratado, pero de mientras tengo que seguir viviendo y no creo que esos mismos "emprendedores" que te pretenden explotar hayan llegado donde están trabajando gratis precisamente. Me recuerda, manteniendo las obvias distancias, a la ley de extranjería española. Sin papeles no es posible tener contrato de trabajo, pero a su vez no te pueden dar los papeles sin tener trabajo. Un juego burocrático cruel, y lo peor, legal.

Pero no crean que España es culpable de esto en exclusiva, de hecho la beca Leonardo viene financiada por la Unión Europea. Sí, aquellos que nos van a "salvar" de la crisis. Una crónica de algo que me ha sucedido a mí, pero también a otros muchos. Porque ser becario puede ser un calvario y cobrar más de 500 euros al mes una quimera convertida al improviso en objetivo inalcanzable. Pero una cosa queda clara para una de las generaciones, como la nuestra, más preparada (y menospreciada a partes iguales) de las que han debido emigrar fuera de España: sin beca no hay paraíso. Ni tan siquiera el calvario del que habla Reverte. Nos vemos, pues, obligados a vagar eternamente en el limbo.

sábado

Las olimpiadas del hambre

Vender la piel del oso antes de haberlo cazado, nada más castizo para explicar (no justificar) el enésimo tropezón con la enésima piedra. Sacar pecho y querer dar lecciones de como debieran o debiesen hacerse las cosas es una afición que mantiene como asiduos ingentes cantidades de nuestros políticos y diplomáticos; aquellos a los que se le llena la boca con la marca España y hablan de Europa como de estar en casa (recuérdense las declaraciones de González-Pons a este respecto)

Un país que ambiciona lo que no puede tener usando medios que no tiene y que, fracaso tras fracaso, tira balones fuera, dejando entrever la burda sombra de sospecha de tintes conspiranoicos. Así pues, no era suficiente con gastar millones de euros en salvar bancos, ni con dejar a estudiantes sin ayudas, de recortar la ley de la dependencia o vender nuestro país en pos de Las Vegas de Europa; era además necesario gastar millones de euros en promover una tercera candidatura para unos juegos olímpicos en Madrid. Los medios que no se tienen o mejor dicho, aquellos usados mediante un criterio de prioridades que se alejan bien poco a las de gobiernos como el de Corea del Norte, para querer obtener esos Juegos Olímpicos, que no puede tener por razones obvias, que hemos comprendido con bochorno internacional incluido.

Que no se supiera responder a cuestiones capitales como el dopaje, es de delito para un Comité Olímpico que lleva casi una década esperando este momento; que somos el peor país de Europa en hablar inglés es algo que sabíamos, pero que además nos jactemos de ello es de vergüenza nacional. Cuando leía titulares hablando de complot y de "¿por qué?" nos han denegado (ahora sí, "nos") la candidatura, me resulta una broma de mal gusto, sería más fácil e interesante un artículo enumerando las razones por las que no deberíamos ni siquiera de habernos presentado o que defendiera por qué deberían confiar en un país de pandereta como el nuestro.

Así pues, entre discursos ridículos, corruptelas diarias y cortinas de humo varias (que si Gibraltar, que si Cataluña) nos encontramos con un resultado nefasto que nadie ha querido comentar. No, no es sobre la prima de riesgo, ni del FMI. El informe es de UNICEF. En España la malnutrición infantil, y hago énfasis: infantil, ya supera el 27% o lo que es lo mismo, casi 2 millones y medio de menores de edad malnutridos.

Pero hemos bajado el paro en 31 personas, a pesar de que la migración española de estos cinco últimos años ya sobrepasa, y con creces, a la de los años sesenta. La actitud parece ser esperar a que pase este mal periodo, a que se "vaya saliendo" de la crisis, curiosa construcción hirientemente pasiva. Se podrán hacer discursos del tipo "salimos de la crisis" o "hemos pagado la deuda" algún día; pero todos los derechos sociales perdidos y en este caso, la malnutrición infantil actual, que comienza a ser un problema preocupante; seguirán patentes o al menos, habrán dejado secuelas más que patentes. La historia es cíclica dicen los expertos, y el hombre la ignora, no se aprende nunca de los errores pasados. Debe ser verdad, volvemos a una situación de postguerra, pero de una batalla que aun sin querer librar, hemos perdido desde el inicio. Pero no se preocupen, siempre nos quedará Berlín...