lunes

Fronteras y humanidad desunida

Si hay algo que nos une es el sentido de la humanidad, aunque, en nuestro insuperable afán por los fuegos de artificio siempre tratemos de ocultar aquello mas natural o antropológico que nos asemeja. Haciendo énfasis en nuestras diferencias mas artificiosas, que como todo lo inventado por el hombre se convierten en dogma, por repetición y no por veracidad.

Así pues, ayer conocí con mas profundidad al que será mi casero aquí en Italia (dato irrelevante, pensaréis), es una persona con la que se puede estar de acuerdo en mayor o menor grado o no estarlo, pero sin duda es alguien culto y erudito. Se trata de un periodista, ya mayor, que ha viajado por todo el mundo y ha sido estudioso de casi todas las parcelas del saber conocidas. En cuanto a su forma de pensar confrontando la actualidad es europeísta, de esos que yo ya creía que no existían; y reconoce que mas allá de la diplomacia, economía y/o políticas, existe un carácter europeo que nos une de índole cultural o sino es así, al menos una especie de consciencia de pertenecer al Viejo continente.

Esto obviamente nos extraña, incluso nos parece utópico (que bello es el plural mayestático), el argumento viene rápido: Qué tengo yo que ver (como español) culturalmente hablando con un checo. Si bien, analizando su discurso no creo que vayan por ahí los tiros, se necesita una Europa unida porque existen unos Estados Unidos de América y no paran de emerger los países del BRIC, nada une mas que un enemigo común con el miedo como catalizador.

En su extensa argumentación, añadía que este es un momento duro para Europa y que es el momento de nuestra generación el luchar por conservarla; con nuestra generación me refiero a la generación ERASMUS en la que me incluyo. Probablemente seamos una generación con una mayor apertura mental que la anterior (no por ello mejores, aunque cada generación siempre tienda a creerlo así como lo demuestran diversos estudios), esto influye en un menor cerramiento nacionalista y una visión mas natural y relativista de las fronteras como meros lugares de paso. Pero de ahí a afirmar que el motor de un cambio (mas que necesario) esta en hacer resurgir Europa...no es que lo juzgue como incorrecto, pero como poco es insuficiente ante un sistema capitalista que no muestra mas que síntomas de estar agonizando.

Mi opinión personal quizás pueda molestar por ser algo radical en este tema, y es que desearía que todo cayera, Europa; el sistema en general, ambos se basan en concepciones erróneas y basadas en una realidad que no se corresponde con lo que vivimos (al menos ya no) y al final acabara sucediendo. La prioridad de un país no debería ser el 1 % de los especuladores y poderosos en lugar del 99 % restante, los gobiernos democráticos no deberían preferir la confianza de los mercados (volvemos a uno de los artificios favoritos del hombre: la economía) en lugar de a sus propios electores y, desde luego, seguir alimentando este sistema mientras el hecho de que la Tierra muera cada día un poco mas, de manera tan continua como paulatina, sea tan evidente e ignorado a partes iguales. Es de locos, todo lo artificial antes que lo humano, cultural o antropológico; esa es la visión sesgada de hoy en día, es la visión de los hombres y mujeres que prefieren destruir una playa para construir una piscina de olas.

viernes

Vivir no es sólo respirar

Todo es relativo, la realidad es el resultado de nuestra percepción, tras la previa y correspondiente atención, y ambas (lo ha demostrado la psicología) son selectivas, por tanto relativas, subjetivas. Estas son afirmaciones que leeréis mas de una vez por este blog. En este caso son premisa de una larga conversación mantenida ayer con las compañeras de trabajo de una amiga que trabajan en una residencia de ancianos.

Además de la absolutamente admirable paciencia y capacidad específica que requiere este tipo de trabajos cuidando a personas que, por una razón u otra, se encuentran solas allí. Me llamó la atención la visión de la vida que tenían al estar tan cerca de la muerte a diario, no por experiencia propia pero sí en terceras personas muy cercanas a ellas. Sobre todo me llamo la atención la excesiva aunque comprensible desdramatización en cuanto a la muerte. Llegando a límites macabramente absurdos y censurables como apostar cada primero de año con los compañeros de trabajo quien moriría ese año.

No es una visión con la que esté especialmente de acuerdo o no, pero es algo que no te deja indiferente. Una de ellas me comentaba que ellas no son mas que las ultimas compañeras de viaje de estas personas, que les acompañan en la etapa en la que enfilan el camino hacia un final de vida en paz, dejémosnos de eufemismos: hacia la muerte. Si hay algo que no comparto con esta visión, dentro del respeto a la misma, es el hecho de ver la realidad desde el punto de vista de la muerte y no el de la vida, no es lo importante el fin sino el camino que se sigue a diario.

Fue allí, entre copas de sangría, donde debatimos acerca de la longevidad. Parecía ser que una mayoría de nosotros no quería llegar a la vejez en esos términos, siendo una carga y sin estar como se suele decir “en sus cabales”, prefiriendo antes la muerte. Es cierto que una persona la cual ha perdido su mente, su cabeza, autoconsciencia y es incapaz de generar nuevos recuerdos vive prácticamente por inercia orgánica, ya no es quien fue en algún día, se hace visible solo con mirar sus ojos, sus miradas...es triste pero es así.

Entrando en lo personal, no sé que preferiría (si es que se pudiera elegir), visto que las enfermedades degenerativas cada vez proliferan mas (nos guste o no es un gran negocio el hecho de que no tengan cura para la industria farmacéutica) y aunque se alargue la esperanza de vida cada vez mas, lo hace con las mínimas garantías en cuanto a calidad de vida, es decir, una muerte mas lejana no quiere decir una mayor calidad de vida (volvemos a la percepción desde el camino y no desde el fin inexorable de éste). Esta ha sido pensado muchas veces, así en el extremo de aquellos que valoran el placer del camino sobre todo (creo que en exceso porque sobrepasan los limites al afectar a su alrededor) cito la frase: “vive rápido, diviértete y deja un bonito cadáver”. En mi opinión lo ideal es una ponderación entre ambas posturas; ni lo uno ni lo otro. Si llegase a los 70 años me gustaría tener la cabeza como para poder recordar que un día escribí esto, cuando aun sabia vivir al día, improvisando; porque amigos, vivir no es sólo respirar.

jueves

Radiografía sentimental subjetiva

No creo en la existencia de un dios o deidad alguna conocedora y controladora de nuestro devenir, siempre está bien dejarlo claro a modo de prefacio. No obstante, la vida, a medida que avanza nos va quitando de lo físico o accesorio, para hacernos profundizar y enfatizar en el desarrollo de lo que más importa: el interior, la inteligencia. En esto se basa una de mis frases de cine favorita: "Yo hago el amor con las mentes.Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo a una mente que los mueve y que vale la pena conocer." (Martín Hache)

Puede resultar algo hipócrita, de hecho lo es, negar que el físico importa, al menos a nivel de primera impresión o como aliciente a la atracción; pero si no hay nada más, es insuficiente, incluso diría inútil. Creo que son tres los factores (llamemóslo así) que debe haber entre dos personas: conexión emocional, sexual y en sentido compartido sobre el respeto mutuo. Puede funcionar una relación fallando alguno de estos tres "elementos", por supuesto, pero tendrá una caducidad limitada, digamos que es una relación herida de muerte, predestinada a ello aún cuando está por nacer. Aunque ello no quiere decir que tenerlo todo nos asegure el éxito en la relación; la perfección nos suele abrumar y esa tensión se puede traducir en mentiras, celos absurdos, infidelidades...

No hace mucho, vi un documental sobre sexo, lejos de exponer temas más morbosos me centraré en el capítulo de la monogamía y de lo que hay de innato en ella, en ambos sexos. Pues bien, el ser humano en su evolución, ha optado, en líneas generales, por la seguridad y estabilidad que le ofrecen tener una sola pareja, antes que los fines biológicos de intentar perpetuar una descendencia con el máximo número posible de "parejas". Esta decisión está reflejada en nuestra cultura, aunque ello no quiere decir que sea más correcta que otras en las que se da la poligamia o poliandria, ni siquiera podemos cuestionarlas éticamente, sería algo totalmente etnocentrista.

Lo que vengo a decir, es que todo esto se en acuerdos sociales, que no están en la naturaleza humana, pero que aceptamos con mayor o menor esfuerzo. Porque el hecho de tener una conexión especial con alguien, no quita que exista otra persona con la que tengas, independientemente a la intensidad pero sí de otro modo diverso, otra conexión especial. He aquí donde entra en el juego la presión social, nadie creerá en una extrarelación solo por mera conexión emocional, de hecho todos pensarán que lo haces como desahogo sexual. La sociedad en este sentido no está preparada para mirar con perspectiva más amplia las relaciones interpersonales.

Finalizando, creo que no debemos obsesionarnos con los límites o limitaremos tremendamente nuestras vidas; así, los temas tabú no deben existir entre dos personas que pretendan ese "algo más" entre sí (en este post me excedo en el uso de comillas). Estos tabús sexuales suponen por cierto gran parte del negocio de la pornografía y la prostitución, pero eso es otro tema. En definitiva, hay que ser feliz considerando la presión social en su justa medida y por supuesto sin perder empatía por quienes nos rodean, sin frenos estúpidos como las diferencias de edad, que al final resulta que solamente no es más que un número. En resumen todo está en aplicar el sentido común, que suele ser, el menos común de los sentidos.

martes

La publicidad es una herramienta cargada de futuro

Hace mucho tiempo que lo oigo, por no decir toda una vida, esa frase lapidaria que dice que es importante trabajar en algo que te guste, o mejor dicho, se suele advertir de lo horrible que resulta trabajar en algo que no sólo no te apasione, sino que te aliene, te haga literalmente pasar horas...Pese a ser perezoso, el ser humano también es ambicioso, y no sólo con lo material, sino que necesita sentirse útil para sentirse autorealizado o valorado.

Elegir un trabajo no es fácil, aún menos cuando el sistema educativo vigente no está basado ni ayuda al no dar a ver las aplicaciones reales de cada una de las opciones posibles. A esta decisión pienso, se le debiera dar una mayor importancia (aunque no excesiva) ya que, a no ser que exista una especie de inspiración o predisposición hacia un área en concreto, esa típica motivación de que las madres suelen hablar como "algo que tenía claro desde pequeño", se puede presentar harto difícil.

Todo esto no es más que una introducción para pasar a responder por qué elegir publicidad. No pretendo anexionar gente a esta disciplina, ni presumir de la misma ni nada que pueda tener un carácter sectorial, simplemente, la publicidad es algo muy especial para mí; y esto es algo que ha ido creciendo a lo largo de los años, por tanto no era innato, digamos que de pequeño no tenía nada de esto claro.

Dentro del argumentario estándar en la elección de una carrera existen varios como el de las salidas profesionales, aunque la mayoría de los que lo hacen por ello luego no se vean ejerciendo o no les haga especialmente felices. También existe el contrario, aquellos que afirman que no les apasiona, pero que realmente no se imaginan haciendo otra cosa. En el caso de poder poner misura y pecando de exhaustividad metódica, pienso que en este caso estar en un término medio entre los dos argumentos es lo más apropiado, con apropiado me refiero siempre en términos de autorealización. Claro está que tan lícito es quien se encuentra en este punto como quien lo hace con el fin de amasar una fortuna, que siempre mediante trabajo, es algo más que digno.

Volviendo al tema principal, son 40 horas, o suelen ser, a la semana. Es mucho tiempo el dedicado, gran parte del desarrollo de la persona va en esa dirección, no digo que no haya otras vías ni que sea la principal, pero sí de las más influyentes. Por tanto, creo que encontrarse cómodo debería ser la base. Se elija lo que se elija debe ser siempre una decisión personal y no respuesta a influencias externas, si alguna vez llegase a ser padre (tema que podría tratar en algún post futuro) jamás borraría este principio de mi mente: "No pretendas que tu hijo se convierta en el reflejo de lo que eres/fuiste; y mucho menos, en aquello que tú no has podido llegar a ser".

Siguiendo el aparente caos de este post, pero sacando a la luz el tema de fondo, la publicidad supone para mí algo más que anuncios, que carteles o que eventos patrocinados; es la respuesta que encontré a mi intuición de "querer vivir de las ideas". Que nadie se engañe, la creatividad publicitaria no es un mundo tan poético como puede ser pintado, ni para nada fácil, ni siquiera el mito del ser creativo superior con el ego por las nubes pienso que sea cierto, realmente es un trabajo muy constante, porque las ideas no tienen horarios y en ocasiones puede resultar desalentador, acostumbrarse a asumir las negativas no como derrotas sino como un acercamiento al acierto es algo que se debe aprender en esta profesión.

A pesar de todo ello, amo esta profesión, a pesar de odiarla al mismo tiempo por ser una alimentación más de un sistema capitalista basado en el dinero y no en las personas, y a favorecer el consumismo creando falsas necesidades; una buena campaña puede provocar que se me erice el vello de todo el cuerpo, y eso para mí es un poder mágico, solo comparable a la buena música. Elevo, de hecho, alguna de estas piezas a la categoría de arte.

Es por ello que la pasión importa, en la actualidad, estoy probando en organización de eventos, algo que me gusta aunque no tanto como la creatividad (la cual sigo ejerciendo aún así) pero como ya dije en anteriores post, los conocimientos laterales o transversales, siempre son bien recibidos.

A modo de conclusión, la motivación es el principal motor para lograr las cosas, también se puede hacer sin ella, pero teniéndola, provoca que se hagan sin esfuerzo o eso es lo que parece, siempre desde la subjetividad de alguien que siente pasión por aquello que estudió.

lunes

Domingos pensativos: ¿Qué hago yo aquí?

Nostalgia, que extraña sensación, no por el hecho en sí de tenerla, ya que es algo humano y en circunstancias de lejanía de algo valorado su aparición está más que justificada, pero sí en mí (siento ser tan personal en este post, pero qué cojones, por algo es mío). La vida está configurada por pequeñas decisiones que dan lugar a grandes consecuencias, de eso no tengo duda; yo, no sé si inconscientemente, al elegir dedicarme a la publicidad y querer buscar suerte como creativo, tracé un sendero que me alejaría, más pronto que tarde, no sólo de mi ciudad natal; sino también del sur de España.

No sé cuantas veces me habré repetido la frase lapidaria y útil para afianzar mi elección de que "si me metí en esto, es para probar en lo más alto que pueda aspirar". Considero ese máximo, no en llegar a ser conocido o referencia ni a ganar una fortuna con mis trabajos, simplemente a tener la posibilidad de hacer este camino poco a poco, cuyas paradas han sido Madrid e Italia por ahora, pero que, a su vez, han sido y/o deben ser un trampolín para seguir adelante. Sé que no es algo tan ambicioso para ser considerado como una máxima, pero desde luego tampoco es fácil.

Lateralmente, trabajos de todo tipo son bienvenidos, en publicidad este tipo de conocimientos y experiencias nunca sobram. Existen pocas cosas en el mundo (aunque he identificado alguna) que puedan poner en duda este plan de vida basado en dos filosofías básicas: "ser feliz independientemente de las circunstancias que me rodeen" y el paradigma del "Por qué no?", que requeriría toda una cascada de palabras para desentrañar el sentido que éstas tres palabras tienen para mí. Hasta aquí todo espléndido, bonito, positivo, rozando lo bucólico...

No obstante, como todo ser humano, he de preguntarme y hacer juicios de valoración acerca de lo que hago, aquello de si compensa, ¿Qué hago yo aquí? me levanté pensando una mañana y de ahí que sea el título de la entrada. Realmente, no es fácil que la gente que más te importa o ha importado, esté a tantos kilómetros de distancia; por muy independiente que seas, que lo soy y mucho, al final la nostalgia puede aparecer aún siendo por un espacio corto de tiempo. Menos mal, teniendo en cuenta que no es una "vida normal" la que llevo o pretendo llevar, si es que tuviera pretensión alguna sobre ella. Y es que lo mejor para mí es no saber donde estaré en un mes, ni por qué, ni con quién; y esto, puede pesar bajo la coraza de la nostalgia.

A pesar de su carácter imprevisto, la nostalgia es necesaria y siempre viene a sumar (disculpen mi extremado punto de vista positivo, y que llame con tratamiento de cortesía a una audiencia que a este punto del texto estará desparecida) y es que no hace más que reafirmar que haces lo que siempre has querido hacer, que sigues en el camino y que aún así, no te olvidas de quien eres ni de donde vienes, tan importante es lograr éxitos propios como mantener la humildad. Si debiera sacar una conclusión de este post, esta vez más emocional que racional, sería: sigue caminando.

jueves

Como, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor

Una conversación en ambiente distendido con mis compañeros del trabajo italianos, ha tocado, aunque sin ser conscientes el tema al que hace referencia el título, por cierto parafraseado de todo un mago de las letras como lo fue Jorge Manrique. Trataba sobre si echaban de menos la época universitaria pasada, hace mayor o menor tiempo; o bien, preferían trabajar. Muchos han sido los argumentos y las ópticas para ambas preferencias, analizando pros y contras de cada una de ellas, teniendo en cuenta, claro está, las motivaciones que movían a cada una de esas personas en aquellos momentos, muy seguramente, diversas a las que les pueden mover hoy en día. La conclusión, siempre es la misma, cada época tiene sus cosas buenas y malas, afirmación obvia, de perogrullo, pero que no es más que un pasaje para llevarnos a la acertada consecución a la que ya llegó hace mucho un señor llamado Einstein en el campo de la física y que desde tiempos presocraticos ha sido pensada: todo es relativo.

Si hay alguna razón por la que recordamos el pasado de una manera perfecta o, al menos, idealizada, es porque pertenece a algo cerrado, un tiempo concluso y finito, y por lo tanto observable desde distintas miras (aunque no todas,ya que siempre serán miras subjetivas); de aquí que lo negativo de aquel pasado, se suela minimizar ensalzando lo positivo de esta manera. Otro motivo podría ser la habitual percepción que tenemos de nosotros mismos como un ser superior a aquel que recordamos del pasado, haciendo así, un análisis de nuestros actos pasados no sin cierta condescendencia, algo que a veces nos puede llevar a pensar que gracias a ese pasado somos mejores en el presente, como si fuese un aprendizaje o mantuvieran una relación causal exhaustiva, cuando no es así necesariamente.

En base a este planteamiento, solemos valorarlo mucho mas que el presente, frases como “ya no es como antes” delatan esta predilección, otro motivo que deriva del anterior puede ser el miedo, es decir, si antes decíamos que el pasado era conocido y cerrado, el presente es abierto, múltiple y cambiante, por tanto desconocido. La incertidumbre de éste, nos atemoriza e impide cualquier tipo de valoración, al menos, en el grado en que sucede con el tiempo pasado. No obstante es algo innato, solo basta recordar que en ese miedo hacia lo desconocido o incierto, se basa algo tan humano como la religiosidad o cualquier otra forma de confiar algo a un ser superior que controla todo, esto es, que sabe como se cierra el presente para pasar a ser pasado antes de que ocurra, por lo que al adorarlo, nada nos sucederá y nos protegerá de todo lo desconocido, incluido mas allá de la vida. Pero dejemos de un lado ese tema, porque podría divagar durante párrafos y no es lo que nos ocupa hoy.

Ante todo lo expuesto, debo decir que no es verdad que cualquier tiempo pasado sea mejor, tampoco peor; de hecho, para poder calificarlo realmente deberíamos poder verlo desde todos los ángulos y eso no es posible, por ello, preferimos pensar que simplemente fue mejor por ser más conocido y por las razones mencionadas durante todo el post, esto siempre, según mi opinión, porque como ya hemos dicho: todo es relativo.

miércoles

Eres tan pobre, que tan sólo tienes dinero

¿A qué aspiras?, ¿Cuál es tu fin? ¿Acaso cumples con el rol asignado a tu edad/posición social, o formas parte del numeroso grupo de personas que cree no hacerlo? No son preguntas que te puedan hacer de manera trivial en la cola de la pescadería, pero si es algo que llevamos grabado a fuego y condiciona nuestra forma de vivir la vida, aunque no de manera innata (al menos no totalmente), sino debido a nuestra condición de seres sociales.

Estudiar con un fin: trabajar; y a su vez, trabajar con el primer fin de mantenerse, vivir dignamente por uno mismo. El problema es cuando el dinero deja de ser un medio y pasa a convertirse en el fin mismo. La ambición del ser humano no conoce límites y algo simbólico como el dinero (no olvidemos que es algo inventado por el propio hombre) se convierte en el motor de un mundo que permite matanzas, hambrunas, guerras, pobreza...solo porque, para que alguien pueda sentirse superior, se necesita alguien que esté sensiblemente por debajo, crear diferencias, cuanto mayores son, más se reafirma la “superioridad” de los que están arriba. Hasta el punto de olvidar que hablamos de vidas humanas, cuyo valor siempre debe ser el mismo.

No vengo a plantear ningún discurso moralista, y es que, si tu filete (por ejemplo) es más grande que el mío y tengo mucha hambre, intentaré cambiarte el plato cuando no te des cuenta; en una pareja, si puedo influir de alguna manera siempre va a ser en beneficio propio y así con todo. No hablo de mi personalmente, solo son ejemplos cotidianos de una hipotética primera persona, muy a pequeña escala, pero de naturaleza muy humana o al menos biológica; al fin y al cabo, también los animales basan su existencia en buscar como alimentarse y asegurarse una descendencia.

No obstante, el poder económico imperante hoy día, se basa en la creencia de que casi todo se puede comprar con él; hay personas que, llegadas a un punto, tienen mucho más de lo que necesitan por lo que no existe más necesidad, han copado toda la pirámide de necesidades de Maslow y su tiempo viene entonces dedicado a autoperpetuarse, a buscar como mantener y amasar aun mas fortuna de manera incluso enfermiza...En serio esto es a lo que muchos quieren aspirar??

Sinceramente, prefiero subsistir, teniendo a mi alrededor a gente a la que quiera y aprecie, y hacer lo que me hace feliz en el terreno laboral; que es exactamente lo que hago, a pesar de no tener ni por asomo un buen sueldo. Y no, no es vivir de puntillas en comparación a alguien que busque enriquecerse a toda costa, no se puede tener todo lo que se desea, y solo de las derrotas se aprende a saborear los logros en su justa medida.

Noticias actuales como la faraónica estatua de bronce que el político valenciano Carlos Fabra (a quien por cierto siempre le toca la lotería de navidad) se está haciendo construir basada en él, en su aeropuerto fantasma de Castellón, cual regresión al antiguo Egipto, puede hacernos entender hasta que punto llega esta locura de la que hablo. Tal es la obsesión por marcar las diferencias con el resto, que se busca trascender o ser inmortalizado de alguna manera.

A riesgo de ser demasiado utópico, tal vez algún día, se valore a las personas por lo que verdaderamente son, independientemente a su lugar de nacimiento, linaje o posición social; porque ya no estamos en una época estamental, aunque a veces lo parezca. Y es que, cambian los términos, pero se mantiene este status quo, esa diferenciación entre poderosos y pueblo llano. Lo único que nos queda es ser felices a nivel individual, así mejorar el entorno mas próximo y que ello actúe como onda expansiva, sucesivamente. Soy consciente de que nunca tendré una estatua gigante ni me estudiarán tus nietos en un futuro. Pero vivir plenamente con uno mismo, eso es algo que nadie puede pagar y quien diga lo contrario miente; o lo que es mas triste, se autoengaña.  

martes

"Lo que más teme la gente es dar un nuevo paso, emitir una nueva palabra" F. Dostoyevski

Hace un tiempo, leyendo el blog de un amigo, me sorprendió muy gratamente, ver que en su última entrada, se preguntaba como podía la gente vivir sin hacer algo creativo que amenizara sus días. Como alguien podía “arrutinarse” sin ese aliciente, ese momento donde puramente eres más tú; y animaba a la gente a reaccionar haciendo algo creativo que les gustase.

Debo decir que soy bastante afín a su opinión y es que, cada día veo necesario apartar algo de tiempo y esfuerzo para ti, es decir, debe ser horrible finalizar en la cama cada noche sabiendo que de lunes a viernes los días juegan a ser clones los unos de los otros, presa de una aplastante y cargada de inercia, rutina.

Cuando hablo de dedicarse a algo creativo, no me refiero a nada del otro mundo, visto que se suele atribuir a esa palabra (creatividad) una especie de dotes mágicas o es visto como algo reservado a una alta esfera que, de algún tipo, fue bendecida con este don. No es verdad. La creatividad es innata y al mismo tiempo se puede entrenar a lo largo de toda la vida.

Odio cuando la gente entremezcla los significados de creatividad y originalidad, no son para nada lo mismo. No voy a entrar en lindes lingüísticas o terminológicas, pero se refieren a realidades bien distintas, que en ocasiones se solapan, aunque no necesariamente. Nadie en este blog te está aconsejando (ni mucho menos, quien me creería yo al hacerlo, en tal caso) hacer algo supercreativo, original, lleno de sentido y que deba pasar una especie de proceso de aprobación del entorno que te rodea, como tener un hobby oficial; puede y de hecho, debe ser algo personal: aprender a tocar el piano, pintar, escribir, hacer fotografía...lo que sea, menos caer en el modelo sedentario de sentarse a engullir medios de comunicación, al tiempo que te alivias porque “le gusta” lo que escribiste en tu perfil de red social a un desconocido con el que apenas habrás mantenido un par de veces contacto visual en la vida real. No me posiciono en contra de las redes sociales, si de su abuso; su cometido es muy licito, pero deben ser vistas como un complemento y no como el epicentro de la socialización de una persona.

Quiero pensar que esto sucede de forma innata, que la gente escapa de las rutinas o no tiene porqué huir de nada necesariamente, simplemente se abstrae por el simple hecho de mantener una pasión. Leer, pintar, escribir o tocar el piano, no te hará diferente, mucha gente lo hace, pero no es ser original lo que importa; hablamos de ocupar el tiempo con algo creativo que te guste, y eso, está en las manos de todo aquel que lo quiera probar.

lunes

"Sólo" son trazos arbitrarios que lo designan todo...

La comunicación es maravillosa, no solo como concepto, sino como aplicación a cualquier ámbito de la vida. Lo que en términos comunicativos se llama código (conocido por emisor y receptor en el momento comunicativo) me resulta maravilloso, no solo lo que se comunica sino todo lo que se puede transmitir con él.

No es el hecho de transmitir un mensaje, ni siquiera de su carácter conversacional por el hecho de obtener un continuo feedback; mi amor por las palabras viene por lo que va más allá, por la calidez o frialdad que transmiten; cercanía o lejanía, en suma, el cúmulo de sensaciones que pueden hacer percibir unos simples trazos.

Hablo de trazos porque el lenguaje verbal escrito es, sin duda, el que me resulta más apasionante. No deja de parecerme mágico que el lector de este texto, por ejemplo, viaje hacia los pensamientos escritos por mi en otro momento distinto al actual, sin barreras de índole temporal o espacial, y no solo logre entender y comprender, sino sentir aquellas ideas de fondo sobre lo que escribo.

Para mi la escritura es un paso, un tránsito en ocasiones obligado de aquello que esta dentro de ti y debe salir o simplemente emana, no tiene por qué haber un destinatario, de ahí que ame la comunicación, no solo por lo que es por si misma, sino por el hecho de necesitar palabras para llevarlas acabo, darle sentido y aprehender la totalidad de su significado. Pocas cosas existen en el mundo con tanta fuerza como la palabra, la retórica puede ser usada como arma o escudo, todo depende de quien la use, pero independientemente de ello es una de las pocas cosas capaces de crear magia en este mundo.

Así, puede haber palabras que transmitan elegancia, como la propia palabra “elegancia” o bellísimas como la palabra “efímero”, incluso desagradables u onomatopéyicas como estropear o rimbombante, respectivamente. Si usted no sufre de esta (enferma) pasión por estas pequeñas unidades de significante y significado puede pensar que estoy loco, pero aun así, no tiene la mayor importancia ya que, todo esto no son mas que trazos arbitrarios codificados por nuestras computadoras y su sistema binario, aunque a través de algo tan frío o al menos mecánico como lo parece esto, pueda transmitir mas de lo que realmente soy que por otros medios. Permitan destacar que por ello, las palabras, son algo sencillamente mágico.

viernes

No se puede tener todo...¿¿Dónde lo meterías??


Amor, trabajo, salud y suerte. Los cuatro pilares básicos de esto que llamamos vida, o eso creen los acérrimos al esoterismo y pseudociencias como la astrología. No voy a entrar a juzgarlas (fea palabra) ni digo pseudociencias con sentido peyorativo; solo describo la realidad, dado que no siguen ningún tipo de método científico objetivo y verificable.

El ser humano tiene una obsesión por la separación y clasificación. Por dividir un todo en sus (supuestas) partes. Tanto es así, que nuestra visión de la vida solo puede ser reduccionista, aun cuando es holística o global, tan solo lo es en apariencia porque su fin será el de simplificar una realidad de un orden mayor, por tanto, no deja de ser reduccionista.

Es difícil elegir entre uno de esos cuatro “pilares”, y no podríamos basar toda la felicidad base a solo uno de ellos. No tienen porque ser cuatro, de hecho, no veo por qué haya que definir alguno. Mas, si se diera el caso, mi elección seria felicidad (propia y transmisible); a sabiendas de que la mayoría preferirían añadir la fortuna por aquello de su ambigüedad lingüística.

No quiero pintar un mundo de color de rosa, aunque sea tremendamente positivo, pero debo matizar mi elección. La felicidad en si no es el fin, sino el camino. La sensación de serlo y/o de poder hacer sentir de esta manera a alguien considerado como especial, independientemente de si lo merece en mayor o menor grado, funciona como un motor de vida; al menos desde mi punto de vista, siempre y cuando no se quiera vivir por simple inercia, algo que para mi es uno de los mayores castigos que puede haber. Lo demás no es, al menos directamente, dependiente de la felicidad, pero digamos que viene solo si se afronta bajo el paraguas de este paradigma. Y es que, tal y como se titula este post, no lo podemos tener todo, en parte, porque no lo necesitamos en absoluto.

jueves

Talento para crear algo que parezca nuevo


El talento, dicen que es algo que se tiene o no se tiene. Se puede cultivar, aunque con esta afirmación en realidad se habla de perfeccionar, al menos este término me parece mas correcto. Por tanto, el talento es algo innato.

Desde que somos niños todos nos enfrentamos a situaciones en las que el mayor o menor grado de talento nos hace salir mejor o peor parados, como ocurre en el mundo animal, la diferencia es que en ese contexto lo llamamos instinto.

Sin embargo, no creo que pueda servir tener talento, cuando no se tiene una estrategia madre que le dé un poco de sentido, me refiero a coherencia o en el peor de los casos a cohesión. Solo así, podremos establecer un sistema de objetivos, sistema porque sus elementos estarán en continua relación y todo parecerá una feliz ruta de casualidades y en parte, esto será lo cierto.

No creo que sea lo apropiado ahora mismo pensar si el hombre es bueno o no por naturaleza, su egoísmo innato u otros temas mas propios de un filosofo que de alguien que trabaja en publicidad y que comenzó este texto reflexionando acerca del talento.

Creo que esto es un inicio, bienvenido a mi espacio de pensamientos libres. Aquí y ahora, no existe ningún tipo de criba como un brainstorming textual controlado, esto, como otras tantas cosas debió comenzar hace ya un tiempo...