lunes

Triste fábula: Andalucía bajo el yugo y las flechas

Érase una vez, una bella tierra
yerma a trazos pero siempre bella.

Sus habitantes sufrieron penurias
y muchos extirpados de su casa,
por el fascista que por allí pasa
y una guerra, como todas, fea.

Olvidaron y olvidamos,
en una vergonzosa reconciliación,
sin memoria, ni honores, ni trazas de perdón.

Vivían de la tierra y de burbujas varias:
la primera inmobiliaria
y la segunda del brutal turismo.
Como toda burbuja ésta explota
y esta tierra vislumbra el abismo.

Ante el abismo, cuando la oscuridad crece
monstruos inhumanos ignorantes aparecen.

Inmigrantes, todos ilegales, pero explotados
en campos de frutos rojos, recogiendo patatas y habas,
siendo elegidos por ellos para ser esclavizados
y creando odio entre una población local olvidada

Guerra entre pobres que conviene,
que se encienda la mecha,
que odien al diferente,
que voten a la ultraderecha.

Y así, el pueblo vapuleado por fascistas y adinerados
aman al explotador y odian al explotado.

Mientras su jefe y capataz, esclavista adinerado
quizás prefiera un partido progresista,
que sigan inmigrantes cruzando
y su vida arriegando,
pues su sistema de vida y su chollo
desaparece si no vienen más esclavos